Sporting Cristal vs. Alianza Lima: cinco claves del triunfo íntimo en el Gallardo

Fue uno de los mejores expresiones futbolísticas desde que Roberto Mosquera asumió la dirección técnica de Alianza Lima: jugaron, corrieron, individualmente casi perfectos, los cambios precisos y encima se tumbaron a un rival directo en la lucha por el título y en su casa. El cuadro blanquiazul encontró el estilo, ganó con autoridad y aquí te mostramos las claves del triunfo en el 'Alberto Gallardo'.

1. Jugó al estilo Mosquera. Costó trabajo y casi la mitad del año, que Alianza Lima obtenga un triunfo que convenza plenamente a sus hinchas y la fuente del convencimiento llegó antes de los 10 minutos con un golazo de Lionard Pajoy en la que se reflejó lo que busca el técnico: posesión larga (28 pases en menos de tres minutos), el movimiento perfecto y la definición correcta.

2. Cambios que funcionaron. Desde que los blanquiazules entraron a la cancha se vieron muchos cambios: Óscar Vílchez capitán, jugando de 10, Lionard Pajoy como extremo por derecha para cubrir a Jair Céspedes, Koichi Aparicio en lugar de Miguel Araujo. La suma de todo dio como resultado un triunfazo.

3. Individualidades que pesan. Pero el buen nivel colectivo de los íntimos se debe mucho a las individualidades. Los 14 que estuvieron en el campo (11 titulares y 3 cambios) brillaron por sí solos e hicieron que se vea un gran equipo en la cancha. George Forsyth, por ejemplo, se lució con grandes atajadas.

4.Efectividad pura. Y una de las virtudes de Alianza Lma es que ha sabido matar a sus rivales en el momento exacto. El equipo de Mosquera tiene la poseión de la pelota, cuando no se muestra como un equipo compacto pero nada de eso serviría si no hay una efectividad como la que han mostrado. Óscar Vílchez marcó una 'pepaza' cuando los íntimos se defendían de la presión de los locales.

5. Desapareció al rival Y como para que no queden dudas del triunfo, la suma de todas las anteriores razones hicieron que Sporting Cristal no aparezca como le gusta. Alianza Lima tuvo la posesión del balón y sin él, los celestes fueron inofensivos y Lobatón no encontró claridad para guiar a su equipo y casi ni se mostró.

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