Cuando la palabra ‘fútbol’ llega a la mente, se es imposible no hablar acerca de una pasión, y con ella una magia incontrolable en el entorno de la sociedad. Un significado que conoce muy bien la organización Fútbol Más, el cual llegó a Perú en el 2015 con la finalidad de cooperar con las comunidades más necesitadas del país a través del deporte rey. Con más de siete años en territorio nacional, la ONG continúa esparciendo una luz de esperanza sobre cada barrio, buscando el desarrollo y bienestar de niños, niñas y adolescentes.
Con el motivo de conocer más acerca del proyecto, Depor conversó con Jimena Chávez (Directora Social) y Daniel Orrego (Director Ejecutivo) contándonos la historia de la organización internacional, que se instaló en territorio nacional para realizar un cambio social con ayuda del deporte rey.
El inicio del partido
Actualmente la ONG se encuentra brindando apoyo en 11 países, pero la cuna de Fútbol Más se encuentra en Chile, rompiendo así todas sus fronteras. Fue ahí que, en representación de la organización, Raimundo Barrios pisó suelo peruano en el 2015 para dar inicio al proceso de convocatoria, partiendo desde dos pequeños barrios ubicados en el norte de Lima: Nuevo Amanecer, en San Martín de Porres, y Enrique Milla, en Los Olivos. El camino para hacer un cambio topó a Jimena y a Raimundo, siendo esta la gran semilla de Fútbol Más en el Perú.
Desde ese entonces Jimena se desempeñó como coordinadora barrial de un barrio en Los Olivos durante casi un año, atendiendo alrededor de 150 niños, quienes hoy sobrepasan los 6 mil gracias a las estrategias que han venido desempañando internamente. “En el 2017 es cuando empieza el arranque, se suman socios territoriales, empresas, a través de la responsabilidad social querer financiar y apostar por Fútbol Más, es ahí cuando empieza la extensión, con esta dinámica de trabajo que utiliza la estrategia del deporte para el desarrollo para alcanzar un impacto social en los niños, niñas y adolescentes”, contó. “No es un taller de fútbol, ni unos profesores de Educación Física, es el amor y el cariño que se le pone a cada acción y cada actividad”, advirtió Jimena ante una posible confusión.
“Estamos en seis regiones distintas. En La Libertad, en Junín, en Cusco, Piura, Arequipa y Lima. Venimos de dos barrios en Lima Norte y ahora tenemos el día de hoy 21 intervenciones en diferentes regiones del Perú, y al final el fútbol en el país termina siendo un gancho muy importante de unión, que se puede entender como una canchita de fútbol simple a gente participando y nosotros hemos encontrado que en ese espacio se puede hacer muchas más cosas”, señaló Daniel.
Si bien cierto, el fútbol es el deporte más aclamado por la población peruana, también implementan herramientas polideportivas tales como de beisbol, atletismo, básquet, ya que en algunos casos tratan con emigrantes, en su mayoría venezolanos. De ahí proviene el nombre “Fútbol Más” ante la presencia de un valor extra que puede implementarse. “El fútbol es como nuestro corazón”, señala Daniel.
Durante estos siete años, la organización ha ido tomando forma, destacando su cambio de logo en el 2019, ya que, antes del actual, se podía observar a un niño pateando un balón, ¿el motivo del cambio? el enfoque de género no expresaba en su totalidad la integridad de niños y niñas al poder animarse a jugar fútbol. “Fue por un tema de igualdad”, comento Jimena.
Verde la esperanza
En el día a día, vemos al deporte como una competencia. Sin embargo, la enseñanza de Fútbol Más no va por ese camino, pues, al ser el fútbol una actividad colectiva, el término ‘ganar’ se basan en las reglas acorde a los valores. “En las pichangas no se define por quién hace más goles, sino por qué equipo logra más tarjetas verdes”, dijo Daniel emocionado ante la presencia de un color distinto a las clásicas tarjetas amarillas y rojas, ambas correspondidas a una sanción. “¿Cómo consigues tarjetas verdes? celebrando los goles, dando más alegría, ayudando a tus compañeros dentro de la cancha, diferentes acciones”, añadió.
El proceso de evaluación arranca desde la inscripción de cada niño, pues se afirma que Fútbol Más puede ir hasta cuatro veces por semana a cada comunidad, creando un vínculo y confianza entre ellos, además de poder ayudarlos en cada detalle del proceso en caso sea necesario. “Cuando un niño nuevo llega a la cancha le hacemos una pequeña evaluación una encuesta y luego son sistematizados. Luego, al final del año realizamos otra encuesta para ver si ha habido un tipo de cambio”, indicó Jimena explicando, a la misma vez, en qué consiste la evaluación, pues se tomará en cuenta la salud mental, alimenticia, física y personalidad. “Buscamos identificar esto y saber cómo atenderlos, ahí el impacto de alcance”, señaló.
“Siempre trabajamos con una dupla de profesionales, una parte de la dupla es del aérea social que puede ser un sociólogo, antropólogo, psicología, porque todas estas carreras tienen la capacidad de poder articular, generar acciones barriales, comunitarias, con esta intención de unir a la comunidad”, recalcó Jimena quien explicaba con fotos de las distintas actividades en las manos. “Por la parte deportiva tenemos a profesores de Educación Física o con alguien que haya tenido estudios técnicos de fútbol para poder combinar ambos aspectos”, comentó.
Cabe destacar que el público objetivo son los niños. A pesar de ello, la organización busca influenciar a los padres o apoderados de los niños para mantener viva la llama de Fútbol Más en el espíritu de las familias peruanas. “Las sesiones son para niños y jóvenes entre 6-15 años, pero hay otras líneas de acción como las escuelas de líderes, que, normalmente van de 13-18. Existen los comités barriales, que van los papás, las mamás, que son parte del barrio. Nosotros nos enfocamos en la infancia y realmente podamos lograr el cambio, ya que ellos son la población más vulnerable”, indicó Jimena.
Saliendo adelante
El 2020 fue un año muy duro para la asociación, tomando en cuenta que durante los tres primeros meses se planifica lo que se hará durante el resto del año. El Covid-19 arrasó con los sueños de miles de comunidades, sin embargo, la organización vio como un reto el devolver la ilusión a los barrios más golpeados por la pandemia. “La pandemia nos ha dejado mucho impacto en la salud mental de los niños, y lo otro también es que los más vulnerables en distintos aspectos”, recordó Jimena.
Sin duda, un bache que supieron sobrellevar a pesar de las dificultades. Para ello, Jimena y Daniel se las ingeniaron para subir contenido a las distintas plataformas virtuales de Fútbol Más, cuyo proyecto se llamó “Mi casa, mi cancha”. “La idea era, en el contexto de aislamiento social y justamente con esta vulneración en el derecho de poder jugar, y es ahí cuando decidimos realizar videos, diferentes infografías, desafíos, todos con la intención de utilizar nuestras casas para poder hacer el ejercicio y generar espacios de conversación en nuestra familia”, dijo Daniel entusiasmado, recordando las grandes ideas que se le ocurrían a los niños. “Hay veces donde se ponían una banda de capitán hecha con papel periódico”, dijo sonriendo.
A pesar de ello, ambos eran conscientes de la realidad de algunas familias. El índice de pobreza aumentaba, por lo que muchas veces no estuvieron conformes con el alcance. A raíz de esto, conforme se levantaban poco a poco las restricciones, Jimena y Daniel se pusieron con muchas más ganas el polo de Fútbol Más, encendieron el auto y tomaron un rumbo para cumplir con su más grande objetivo. “En plena pandemia, nosotros pasábamos en nuestros carritos y mostrábamos nuestras tarjetas verdes, y salían sus caritas a saludar. Muchas veces, no había internet y llevábamos impresas las actividades para que hagan sus trabajos en sus casas”, señaló Jimena.
De la mano de los grandes
¿Han trabajado al lado de los futbolistas de la selección?
Al inicio trabajamos con Jefferson Farfán, últimamente con Adriana Dávila. Luego el ‘Chorri’ (Roberto Palacios), Percy olivares, son algunos que hemos logrado contactar y se sientes identificados y esperamos volver embajadores de lo que hacemos. De hecho, seguimos buscando no solo futbolistas, sino también en otras disciplinas.
¿Y con algún equipo de la Liga 1?
Con Alianza Lima hemos trabajado un proyecto, era una campaña que se llamaba “Solidaridad Azul”, y justo había esta promoción de la acogida de emigrantes y refugiados en el Perú, entonces trabajamos con Alianza en cómo transmitir nuestra metodología para que luego ellos puedan transferir y replicarla en las academias y en las escuelas de fútbol. Pero nosotros nos apartamos un poco de lo que es el desarrollo profesional con las escuelas de fútbol que buscan la competitividad.
¿Han tenido algún niño o niña que haya llegado a la formación de menores en algún club?
Aquí hemos tenido el caso de algunas niñas que ahora son parte de las academias de Alianza y esperamos que alguna vez puedan jugar de manera profesional, pero no es como el foco. Son bonitas historias porque nos sentimos parte de la transformación.