Si hay un jugador que representa el juego histórico de Universitario de Deportes, ese es Martín ‘El León’ Rodríguez. Junto con el ‘Puma’ Carranza formaron una contención que mordía, que no lo pensaba dos veces si tenía que tirarse a barrerse para quitar el balón y que generaba los aplausos de la hinchada merengue, una hinchada orgullosa que siempre exigía dejar todo en la cancha. Los 90 ha quedado en el recuerdo de los aficionados cremas, pues, como lo dice el mismo exjugador, era la mezcla de temperamento y talento. El ‘León’ y el ‘Puma’ no dejaban pensar a los rivales, los apretaban y su único objetivo era recuperar el balón, para luego pasárselo a los que sabían más con la pelota, Jorge Amado Nunes y Roberto Martínez.
Hace cuatro años que Martín Rodríguez está en el Perú, tras pasar una larga etapa de su vida en Estados Unidos. Se alejó de todo, pues quería dejar a un lado la nostalgia que le traía el fútbol, un deporte al cual ama y que, sabía no podía dejar del todo. Actualmente, dirige al Sport Lion Music. Quiere transmitirle a su equipo la actitud y el temperamento que se necesita en un campo de juego, vital para obtener un triunfo. Su meta es convencerlos de que pueden lograrlo todo. Así fue que el año pasado ascendió a la segunda división de la Liga distrital del Rímac.
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Y tal cual lo hacía en la cancha, Martín Rodríguez muestra su temperamento y dice lo que piensa sin guardarse nada. Va por un objetivo y ahora, en su vida diaria, sigue apelando a la garra de ese mediocampo de los años 90. “Soy hincha de la U y moriré siendo hincha de la U”, repite extrañando todavía su etapa como jugador, especialmente esos clásicos. Fue una entrevista bastante larga, sin embargo, para todo aficionado crema, cada respuesta le traerá a la memoria las mejores imágenes de esa U inolvidable, una de las que mejor representó lo que busca el hincha.
¿Qué es lo que más recuerdas de los clásicos?
Mucho. Y es que todos los partidos son muy diferentes al Clásico. Es algo que esperas todo el año y quieres estar en buenas condiciones para poder jugar ese partido. Pero lo más lindo es lo que se vive la semana previa al clásico. No tienes paz, todo el tiempo estás pendiente de lo que va a pasar, de la hinchada que está alentando. Es algo muy lindo, sabes que es parte del fútbol que siempre quedará grabada en la historia. Habré tenido unos 12 clásicos, hasta más. He perdido, pero más he ganado. Y más he ganado de visita.
De los compañeros de la U en esa época, ¿cuál fue el que más te marcó?
Mi compadre el Puma Carranza. Nos conocíamos de años, teníamos el mismo temperamento. Nos era muy fácil jugar y cada vez que nos íbamos a jugar a Matute, nos decíamos “compadre, ¿nos matamos, ahora?, nos matamos pues”. “Hoy día ganamos. Ganamos seguro.” Ni nos preocupábamos. Algunos tienen nervios y siguen con los nervios cuando juegan. Nosotros dos éramos los típicos jugadores que no tenemos nervios sino ansiedad. Cuando ya llegas al estadio se te va todo.
¿Quién era el líder en ese equipo?
En ese tiempo, en la U no había líderes. Teníamos un equipo donde cada uno trabajaba en su puesto, como debía ser. Todos los que estaban jugando eran buenos en su puesto, esa es la verdad. Teníamos a un Nunes que sabía jugar, un Roberto Martínez que tenía la pelota y para que se la quiten era dificilísimo. Un Baroni que en el área te mataba. Tomás Silva, Balán González. Creo que fue la mejor generación de Universitario en años.
¿Tú estás en esa famosa jugada de Nunes a Kopriva, en uno de los Clásicos?
Sí, era yo. Avanzó y no me llamó el cuerpo para poder agarrar a Kopriva. Porque fue tan rápido el golpe que solo moví la mano como diciéndole cáete nomás.
¿Se vive con mucha más intensidad un Clásico, a diferencia de otros partidos?
Los partidos se manejan diferente. Con Alianza o con Cristal, sabíamos que tenían a los mejores jugadores del torneo. Es más exigente el partido. Es más fuerte, hay más disputa. Sabemos que están jugando los mejores contra los mejores. Con los equipos chicos, es más difícil porque no hay nada que perder. Con Alianza o Cristal no querías perder nunca.
¿Cómo reaccionaban cuando un equipo chico, venía, se metía atrás y de contra te ganaba?
Yo, por mi manera de ser, ni salía a la calle. Es una semana que tienes que estar de luto. Esperar a que comience la otra semana, para el otro partido.
La diferencia con los partidos de hoy
¿Al ver los partidos de ahora y compararlos con esos partidos de los 90, qué diferencias encuentras?
Mucha diferencia. Y mucha la diferencia porque ya no vienen los jugadores de calidad como venían antes. Antes venían jugadores como Nunes, que había jugado en la selección de Paraguay. Venía el ‘Loco’ Gabriel González. Era diferente porque la gente aprendía más rápido a jugar. Porque jugar con gente que tenía roce era diferente. Ahora contratan jugadores que no marcan la diferencia. Y no arriesgan con jugadores jóvenes que podrían marcar la diferencia. Como el caso de Dulanto en la U.
¿Se elige por extranjeros sin jerarquía, en lugar de juveniles?
Pero ¿por qué? Tendrá que haber un interés para escoger a un extranjero en lugar de un juvenil que en tres meses podía ser un crack.
¿Se ha perdido la intensidad en los partidos de los años 90?
Los clásicos ya no son como antes. Más la disputa es afuera en la tribuna. No es algo como se vivía antes.
¿Qué hace que los clásicos no sean como antes?
Ya no son los jugadores de antes. Antes estaba Kopriva, Marquinho. En otros equipos había grandes jugadores. Hoy ya no sucede eso.
¿Cómo manejabas el elogio o la crítica de la prensa en ese momento?
Es parte del tiempo que estás con la fama y eres una figura pública. Hay días que me han destrozado. Me dijeron machetero que era un rompe-piernas. Después me aplaudían cuando me ponía la camiseta de la selección e iba encima de los argentinos y uruguayos. Salía en todos los periódicos. Más son hinchas que otra cosa. A todo el mundo le gusta el elogio, pero a la hora de jugar te olvidas de todo. No estás pensando en lo que escribirá el periodista. Te olvidas que tienes 90mil personas gritando, solamente escuchas el aliento cuando vas y haces una carretilla. O que te canten una canción, eso es lindo.
El recuerdo de la victoria ante Peñarol
Fuiste parte de ese equipo que logró un triunfo histórico en el Centenario ante Peñarol.
Yo estuve sentado en ese partido. Y ‘Pichicho’ Benavides me dijo en el entretiempo, “tienes que entrar, negro”. En ese momento estábamos ganando 1 a 0. Fue un buen partido y yo pienso que por mi modo de jugar, siempre resaltaba en los partidos contra los paraguayos o uruguayos. Con el Puma, teníamos que quitar la pelota y darle a los que sabían, Martínez y Nunes. La de Peñarol, es la victoria que más recuerdo con la U. Nunca nadie le había ganado en el Centenario.
El Peñarol de Bengochea…
Y a mí me tocó marcarlo a Bengoechea. Era un jugador talentoso pero no le gustaba que lo aprieten. Yo a todos los 10 que he marcado en mi vida, los he respetado, pero una vez que entraba a la cancha no respetaba a nadie. Yo he sido así y pienso que el jugador peruano debería ser así.
Ese carácter es el que nos falta ahora…
Claro. Y eso es formación. Tenemos técnicos de fútbol que se sientan y solo se paran un ratito. Yo pienso que no debería ser así. Mis jugadores son como era yo. Si a mí me gustaba el pressing, mis jugadores tienen que ser igual. Si no tienes pressing ni marca no puede jugar fuera de Perú. Lamentablemente, a muchos técnicos solo les gusta los jugadores que son técnicamente buenos. Claro, jugamos muy bien con el toquesito, pero afuera no le ganamos a nadie. Prefiero ganar un partido y jugar mal, y estar en un mundial. Vi la sub-20, un desastre. Un año trabajando y un desastre. Tú crees que un argentino va a venir al Callao a ver a un futbolista que juegue bien en menores. Tienes que ir a buscar en los conos. Un montón de jugadores son de los conos. Antes no había academias, la academia era la calle. Mucha gente está en la calle y juega bien. Yo junté un grupo de muchachos que sus padres no tenían dinero para pagar 185 soles para jugar en la U o en otros equipos. Los he juntado y salimos campeones. Y ya subí a la segunda en la Liga del Rímac. Con gente que necesita que la ayuden. Muchachos que juegan muy bien, que podrían jugar tranquilamente en primera división. El fútbol lo aprendes en la calle, tener huevos para jugar lo aprendes en la calle, la piconería también.
La opinión sobre el fútbol actual
¿Qué club ves que tengas esas características que te gustaría en tu equipo?
Me gusta Cantolao. Chicos que no le tienen respeto a nadie en la cancha. Se necesitan jugadores así. Ahí yo siempre pongo de ejemplo al Chorri Palacios. Jugábamos contra los uruguayos y él iba para el frente siempre. Así me daban más ganas a mí de ir a lucharla. Otros juegan por la selección y se desinflan.
¿Qué hacer con esos jugadores que eran lo opuesto al Chorri?
Adentro les metía una puteada. Pero contra eso no puedes hacer nada, porque hay un técnico.
¿Cómo crees que debería jugar la Selección?
Antes cuando se jugaba a toque, toque, toque, era porque todos eran de palo. Tú crees que ahora a Maradona lo hubieran dejado pasar así como en el 86. Si me hubiera tocado estar en el tiempo de Maradona, hubiera sido más famoso.
¿Qué cambiarías en el estilo de juego de la selección?
No estoy de acuerdo con dejar algunos jugadores atrás, como Farfán. Guerrero necesita uno más arriba. Farfán cuando se ha puesto la camiseta ha sido el mejor, te encara y te mata. Pero tenemos que poner orden, y eso es tarea del entrenador. Yo del avión, los concentraría. Yo sería feliz yendo de frente a concentrar. Que vaya mi familia a verme al lobby si quieren conversar. Es lo más lindo jugar por la selección. Argentina y Uruguay, por ejemplo, nos gana por su pasión por el fútbol, ellos son enfermos del fútbol, nosotros no, preferimos otras cosas. El carro, quieren salir, la fama, que te vean. No somos profesionales y eso mucha gente no lo dice. El día que dejen el fútbol lo van a sentir. Yo sentí una nostalgia muy grande cuando dejé el fútbol. Y siempre les digo a mis chicos, nunca dejen de soñar.
¿Extrañas todavía esa época como jugador?
Yo todavía sueño que voy a entrenar, jugar un clásico o jugar por la selección. Y es triste despertarte y ver que ya no tienes la edad para jugar, que ya no puedes hacer nada contra eso. Por eso es que prefiero no ir al estadio.