En las tribunas ya no quedaba gente. Afuera del Nacional, en cambio, los claxon no dejaban de sonar y una multitud de personas lo esperaba, coreando su nombre. Pero adentro, donde minutos atrás Teodoro Fernández había anotado los últimos tres goles de su carrera en Universitario de Deportes (y en un clásico), ya no había nadie, salvo figuras de ambos equipos y algunos periodistas. De pronto, Adelfo Magallanes, ex delantero y DT de Alianza Lima, cruzó la cancha solo para abrazarlo.
No era la primera vez que 'Lolo' recibía una muestra de cariño de alguien del equipo rival. Ese domingo 30 de agosto de 1953, Universitario le ganó 4-1 al 'compadre'. Sin embargo, tras el pitazo final, uno de los primeros en felicitarlo fue Mario Lobatón, defensa íntimo que, ante más de 50 mil espectadores, vio pasar cerca de él los tres goles que el 'Cañonero' marcó en el que debía ser su último partido como profesional (dos meses después volvió a jugar ante Centro Iqueño, pero solo seis minutos y de forma representativa).
"Con mi querido club seré el de siempre. Ya no en el grass, sino desde las tribunas y dando consejos a los elementos jóvenes que recién se forman. Ustedes saben que los jugadores que hemos llegado a tener gran experiencia, siempre tenemos algo que enseñar”, dijo el '9' horas después a El Comercio.
Hoy su nombre parece ser un mito. Casi una leyenda. No existen videos suyos destrozando redes ni anotando desde larga distancia. Hay, en cambio, testimonios que intentan explicar por qué 'Lolo' Fernández es hasta hoy el máximo referente de Universitario de Deportes. También existen archivos que demuestran por qué, 64 años atrás, era ya considerado un ídolo. Uno que, pese a sus 23 años en Primera División, no tenía una casa propia ni un auto del año. Uno que, gracias a su esfuerzo y humildad, logró unir a todo un país en una colecta (para la vivienda, precisamente) que incluyó hasta al Presidente de la República.
Empieza el homenaje
Ha pasado un día desde su despedida ante Alianza Lima. José María Lavalle, exaliancista e integrante del 'Rodillo Negro', es uno de los primeros en llegar a su casa, ubicada en ese entonces al final de la Avenida Alfonso Ugarte. 'Lolo' Fernández agradece los gestos, se despide de sus familiares y enciende su Chevrolet de 1941 con destino a la Aduana del Callao. “A las 8 de la mañana, como en un día cualquiera, (...) prendió el motor de su auto coupé y salió a su trabajo como si ayer hubiera sido un espectador más del clásico. ¡Así es Lolo; y por eso, solo hay un Lolo!”, publicó El Comercio ese 31 de agosto.
Recién el martes 1 de setiembre comenzó la historia que incluyó a diversas figuras públicas, empresas reconocidas y fanáticos de todos los equipos con un mismo objetivo: regalarle una casa propia al ídolo de multitudes, como lo llamaban ya en ese entonces. La Crónica propuso la idea y, en cuestión de horas, se inició la colecta. La primera en donar fue una mujer anónima: 10 soles de oro. "Entrego este pequeño óbolo, pero no quiero dar mi nombre. Soy del pueblo al que 'Lolo' le ha dado tantas satisfacciones", dijo y se fue.
Ese mismo día, hubo dos pedidos en el Senado: el Teniente Coronel León Velarde solicitó al Ministerio de Educación Pública una pensión vitalicia y el Senador por el Callao, el Coronel Néstor Gambetta, pidió que en el presupuesto del año siguiente se asignen 50 mil soles para la causa. La Fábrica de Hierro Forjado 'El Yunque' ofreció una obra de arte y todo lo necesario en hierro para la construcción del hogar.
El Comercio tampoco fue ajeno. Donó 10 mil soles (la misma cantidad que la Compañía Ítalo Peruana de Seguros Generales) e inició otra colecta pública. "El caso de este futbolista que es un ejemplo de pundonor y de cariño a los colores de su club que para él siempre fueron los mismos, merece ser relievado lo más posible (...) Veintitrés años en la Primera División de nuestro Fútbol son una historia viva. Y son 23 años que 'Lolo' Fernández viste la camiseta de la 'U'; de esa camiseta que nunca ha podido ni querido desprenderse a pesar de miles de ofrecimientos", se escribió en dicha edición.
Desde una lámpara hasta el Presidente
Don Carlos Cillóniz, presidente de Universitario, fue nombrado apoderado de 'Lolo'. Y no tardó en agradecerle no solo a La Crónica por el concurso de arquitectos y constructores lanzado el miércoles 2, sino también a los otros medios comprometidos con el homenaje: El Comercio por la colecta y La Prensa por una rifa de los botines del 'Cañonero'. Pero el agradecimiento especial estuvo dirigido al 'compadre': "al club Alianza Lima (por) la cooperación desinteresada que ha ofrecido para la realización del homenaje".
El Presidente de la República, Manuel Odría, lo recibió al mediodía y, al despedirse, le obsequió 10 mil soles, que se sumaron a los 5 mil entregados horas antes por el Ministro de Guerra, el General Zenón Noriega. “Todo lo que se está haciendo y se haga por 'Lolo', es poco. El 'Cañonero' merece eso y mucho más", fue la frase de La Crónica que acompañó la nota.
El jueves por la noche, en Radio Excelsor, recibió gran cantidad de regalos: una máquina Agfa alemana, una lámpara para mesita de noche, una colcha de seda, una casaca de la casa Tito Drago, aves, discos, tickets para restaurantes, una batería, entre muchos otros premios. Además, el jefe de ventas de Coca Cola le obsequió una cajita con botellas en miniatura y le ofreció gaseosa en su domicilio durante todo el año. El jefe de publicidad de Ovomaltina (leche malteada) le prometió el producto por el resto de su vida. Le ofrecieron puestos de trabajo e, incluso, un carro del año.
Sus hijos, Teodoro y Marina, quienes estaban en primer año de secundaria y tercer grado de primaria, respectivamente, también recibieron lo suyo: se les otorgó becas en colegios de la capital. "Es aconsejable, como reconocimiento de la fecunda actuación del citado deportista, brindarle el apoyo del Estado para el sostenimiento de la educación de sus menores hijos", se determinó en la resolución ministerial. El goleador crema, fiel a sus valores, se acercó al Ministro de Educación para agradecerle personalmente por el gesto.
Todo suma
En nuestro fútbol de ese entonces, que tenía apenas dos años de ser profesional, los jugadores no acostumbraban a ganar grandes sueldos o tener lujos, ni mucho menos a recibir homenajes de tal magnitud, pese a ser un gobierno populista. En todo el país se hablaba de Teodoro Fernández Meyzán. Todos, por más pequeña que sea la ayuda, querían formar parte del movimiento social.
El General Noriega, Presidente del Gabinete, y Luis Larco, alcalde de Lima, donaron 5 mil soles de oro cada uno. El Círculo de Periodistas Deportivos y la Asociación Peruana de Locutores se sumaron a la creación de un álbum en el que cualquiera podría firmar tras un pago de cinco soles. Lo recaudado se entregaría a 'Lolo' Fernández para los muebles de su casa. Una tienda de accesorios para autos ofreció una funda de Nylon con los colores de Universitario. La Federación Nacional de Lucha Libre organizó un espectáculo a beneficio en el estadio de la 'U'. La FPF pidió donar 20 mil soles. La Medalla Ford lo condecoró.
Pero no todos podían aportar con miles. Alejandro Aponte Naranjo, por ejemplo, llegó a la redacción de La Crónica vestido con ropa sucia y vieja, según las noticias del 4 de setiembre. "Yo soy pobre, muy pobre, pero tengo que dar mi cuota de 5 soles. Es poco para lo que merece 'Lolo', quien me hizo llorar el domingo en el estadio", dijo. "Esta es una sorpresa maravillosa que nunca esperé ocurriría al final de mi carrera. Es un sueño largamente esperado", expresó el 'Cañonero' ese mismo día en una entrevista radial (a Radio La Crónica).
Los homenajes no se detuvieron. Le ofrecieron fierros de construcción, tubos para agua y desagüe y todos los clavos necesarios para la construcción de su casa. La delegación de Racing (equipo argentino de básquet) le regaló una medalla y un banderín, y lo invitó a dar el play de honor. El Rotary Club de Huancayo pidió auspiciar una gira nacional para que el delantero asista a todos los espectáculos en su honor. Y hasta Víctor Bacigalupo, diputado por Tacna, pidió que se recomiende al Ministerio de Educación la producción de una película sobre su vida.
Ídolo de todos los peruanos...
'Lolo' Fernández no se contentó con recibir y agradecer. Hizo, más bien, un reporte de todas las donaciones y lo envió a El Comercio. "Agradeceré a Uds. se sirvan tomar nota de las mismas, a fin de consignarlas en su generosa colecta", escribió. Meses después, las promesas se cumplieron. Tras recibir ayuda de todas partes del país, se mudó a una nueva casa en General Córdova, en Lince.
Hoy, a 104 años de su nacimiento, 'Lolo' es recordado casi como un ser mítico. Se habla de sus hazañas, de sus patadas, de sus goles. De cheques en blanco, de arcos rotos y de arqueros desmayados. Y todo está documentado en escritos. Sin embargo, su grandeza va más allá de las estadísticas. Amaba sus colores, pero nunca se negó a dar una mano al clásico rival. Eran otras épocas y apoyar a otros equipos no resultaba extraño. Por eso, cuando él necesito, el compadre correspondió.
Fue respetuoso, leal, agradecido y humilde. Llegaba del trabajo, estacionaba en la cuadra 22 de Miguel Iglesias, frente a la casa de sus sobrinos, y les contaba chistes a ellos y a sus amigos. Si al regresar a su nueva casa (a cinco cuadras) alguien lo saludaba en la calle, él levantaba la mano, gritaba un efusivo "¡primo!" y seguía caminando. Si 'Lolo' logró unir a todo el país, si se convirtió en un ídolo aun estando vivo, fue porque pese a haberlo hecho todo dentro de una cancha, nunca tuvo lujos fuera de ella. Y así fue feliz.