Llegó a Universitario de Deportes en el 2011 como flamante refuerzo de la era ‘Chemo’ del Solar. En el día se su presentación oficial, posó frente a las cámaras en el Hotel Las Américas de Miraflores con el dorsal ‘30’, mientras el administrador temporal Julio Pacheco sonreía a la vez con las palmas enrojecidas, portando una corbata y un saco lleno de promesas. De hecho, cada una de estos ofrecimientos ilusionaba, como el juego del catalogado crack argentino; ese mismo que se convirtió, con el paso de los partidos, en un dolor de cabeza para los cremas.
En términos económicos, el arribo de Pablo Vitti a Ate no fue para nada barato, pero la administración de Pacheco pagó caprichos por el entonces goleador de San Martín. Claro, el ex campeón con la Selección Argentina la rompió en San Martín anotando 14 goles y, para ‘Chemo del Solar, era la carta goleadora que requería el club.
Entonces, ¿de verdad Vitti fue solución? Individualizando su juego, el ex Banfield jugó en todo el año 24 partidos (entre torneo peruano y Copa Sudamericana) de 30 en disputa y marcó apenas tres goles. Consecuentemente, el argentino no marcó la diferencia en el torneo local y Universitario de Deportes peleó por no descender aquel año.
Y claro, los cremas, con un ataque de temer encabezado por Pedrito García, Damián Ismodes y Johan Fano, hizo menos goles que el descendido CNI (25 sobre 35).
Todas las expectativas que se generaron en torno a Pablo Vitti se diluyeron con cada noticia que hacía en la prensa de espectáculo por su amorío con una reconocida cantante peruana y con cada promesa incumplida de Julio Pacheco, que finalmente fue inhabilitado por la Asociación Deportiva de Fútbol (ADFP) con cuatro años sin poder ejercer cargos como dirigente en el fútbol peruano, en el 2014.
Ahora, Vitti salió a los medios de comunicación a denunciar a Universitario de Deportes por una deuda de más de un millón de dólares y dejó abierta la posibilidad regresar al fútbol peruano luego de vivir una crisis económica en su club Veria de Grecia.
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