Parecía que le había sucedido a un familiar o amigo nuestro. La preocupación se sentía en las calles, nuestras caras eran de tristeza y el buen momento de la Selección Peruana quedó a un lado. Lo intentaron ocultar por horas, pero el rumor se hacía cada vez más fuerte. Un frío comunicado confirmó la tragedía: el 3 de noviembre de hace un año, Paolo Guerrero fue suspendido por la FIFA durante 30 días por un resultado analítico adverso.
El resultado del contro antidopaje del partido ante Argentina (5 de octubre) fue el inicio de una historia con más sombras que luces para Paolo Guerrero. El héroe de todo el camino a Rusia 2018, el capitán del pueblo, se perdería el momento más importante, los partidos ante Nueva Zelanda que eran nuestro pase a la Copa del Mundo luego de 36 años de larga espera. El delantero no estuvo en la cancha, aún así en el pensamiento de todos los hinchas.
Fueron, justamente, los hinchas quienes hicieron sentir su voz en apoyo al capitán de la Selección Peruana. Quizás la euforia hizo que se digan cosas no exactas o se inventen teorías descabelladas. Aún así, lo más importante es que demostramos que unidos hacemos un fuerte puño y podemos lograr lo que buscamos. La meta era que Paolo Guerrero juegue en Rusia 2018.
Cuando todo parecía perdido, llegó el único momento de luz en esta historia. Días antes del Mundial, el Tribunal Federal Suizo le dio el permiso a Paolo Guerrero para decir presente en tierras rusas. Para hacer esto lo más parecido al guión de la Rosa de Guadalupe, el atacante anotó un gol y fue el primer '9' peruano en hacerlo en una Copa del Mundo. Un momento de felicidad eterna.
Paolo Guerrero, hoy, lucha por demostrar su inocencia en toda las instancias posibles y ponerle fin a su pesadilla. El apoyo de la gente, quizás, ya no es tan fuerte como hace unos meses, aunque eso no quite que el 'Depredador' aún busque su felicidad. Con 34 años, el jugador del Internacional brasileño suma 92 partidos con 36 goles desde su debut en 2004. Ojalá esta historia tenga aun final feliz.