Los días de cuarentena pasan en la casa hogar del club japonés Shimizu S-Pulse con demasiada tranquilidad. Son pocos los jugadores que se han quedado en el recinto, ya que la mayoría solo llegaba hasta las instalaciones para entrenar y luego volver a casa. Sin embargo, no fue el caso de Erick Noriega, defensa peruano que llegó hace cuatro años hasta la prefectura de Shizuaka, para convertirse en un jugador profesional de la J1 League, la Primera División de Japón
Erick nació en el país nipón en el 2001, pero retornó a la tierra de sus padres -Perú- para conocer la cultura y tratar de tener un mejor futuro. Pese a sus cortos seis años, él sabía que quería jugar al fútbol y su madre no dejó de alentarlo en ello. Probó en César Vallejo, donde obtuvo una beca para seguir entrenando en Trujillo, pero la familia debía volver a Lima y fue allí donde conoció al equipo de sus amores.
“Al llegar a la capital, decidí con mi familia mejor continuar en un equipo de barrio, con el que logré ir a la Copa AELU. No sabía que la gente de Alianza Lima me había estado observando, hasta que me pidieron que me vaya a probar con la Categoría 2001, que recién la estaban formando. Lo hice. Fue así que llegué al club en el año 2010”, narra Erick con gran nostalgia. Desde su llegada supo que el fútbol sería su vida y que no pararía hasta jugar en una liga profesional.
El salto de Alianza Lima a Shimizu E-Pulse
Alianza Lima fue la catapulta que necesitaba Erick para explotar sus habilidades, aunque no todo el tiempo fue sencillo. “Fueron como cinco o seis años en el club. Recuerdo que al inicio (cuando entré) siempre jugaba –incluso era el capitán– y me sentía muy cómodo, pero hubo un año en el que no me seleccionaban. Entonces, conversé con Ernesto Arakaki y me dijo que yo tenía potencial, que jugaba bien y que me quede tranquilo, pues solo se trataban de cosas de fútbol”, recuerda.
Y así fue. En el 2016, la perseverancia de Erick lo llevó a comandar al equipo aliancista en la Copa Federación. Fecha a fecha, logró consolidarse como capitán y así llevar a sus compañeros muy cerca de obtener el título. Sin embargo, un cambio de planes cambió todo lo planeado por él. Ese mismo año, por casualidades del destino, tuvo que viajar a Japón sin poder terminar el campeonato que casi lo hace saborear el título.
“El último año que estuve en Alianza Lima campeonamos, pero no pude levantar la copa ni celebrar con mis compañeros porque tuve que dejarlos al viajar hacia Japón. No fue sencillo, cuando llegué no recordaba nada, después de casi 10 años de vivir en Perú. Entrar a la casa hogar de Shimizu S-Pulse fue lo que me ayudó a adaptarme, ya que solo había puros chicos japoneses, quienes me ayudaron, no solo con el idioma, sino también a conocer más la cultura del país", confiesa.
De competir en grandes canchas al confinamiento
Shimizu S-Pulse le dio la oportunidad a Erick de adaptarse, no solo a la sociedad japonesa, sino también al estilo de juego en ese país; es decir, menos criollo y más técnico. El orgullo no es opción y, de pasar a ser capitán, debió aprender a ganarse un lugar nuevamente en el equipo titular. “Al inicio no jugaba, porque debía adaptarme al estilo que tienen los japoneses, pero cuando lo logré, pude destacar y estar entre los mejores de la Sub-18, fue así que cumplí mi sueño de llegar a la profesional”, comenta.
El paso al primer equipo del club se dio con gran naturalidad. Por las habilidades que demostraba Erick y ser considerado uno de los mejores de su cantera, recibió el respaldo el comando técnico. Este año 2020 fue el elegido para el gran salto en su carrera y con solo 18 años (cumple 19 en octubre) firmó su contrato como jugador profesional hasta el 2023. Todo parecía encaminado en el futuro de Erick, hasta que la llegada del coronavirus paralizó al fútbol en gran parte del mundo.
En Japón solo se pudo disputar una fecha, en febrero, en los dos campeonatos que se disputan, por lo que el debut de Erick quedó estancado hasta nuevo aviso. “Nos dijeron que los torneos se paralizaron y solo nos quedó volver a las prácticas mañana y tarde, con la esperanza de que pronto de reanudarían. Estuvimos así como un mes, hasta que ordenaron la cuarentena en el país y todo cambió”, lamenta el defensor nacional.
Coronavirus en Japón
Con más de 13 mil contagiados por coronavirus en Japón, el Gobierno aún no avizora un término de las medidas de aislamiento. El incremento de casos positivos ha provocado el cierre de muchos comercios, empresas y la cuarentena total, lo que ha hecho que muchas costumbres se tengan que modificar, como los entrenamientos. Si bien, la mayoría de jugadores del Shimizu S-Pulse ha optado por un confinamiento en casa, otros -como Erick- se quedaron en el club.
“Mis compañeros en la casa hogar han hecho que esta cuarentena no sea tan estresante, porque en los entrenamientos podemos hacer algunas rutinas en grupo, también almorzamos juntos. A veces inventamos algunos juegos con el balón, para no aburrirnos, o jugamos PlayStatiton. Pienso que de no ser por ellos sería más difícil”, narra Erick, sin olvidar que dedica también algunas horas para mantenerse en comunicación con su familia, quienes (felizmente) se encuentran bien de salud.
La Federación de Fútbol en Japón aún no ha planteado cuándo se retomarían los campeonatos. A la fecha, se desconoce cuáles serán los cambios que tendrá el país nipón, tras el coronavirus. Por su parte, Erick no deja que ello lo distraiga de cumplir sus metas personales, que son debutar este año (si es que la temporada se retoma), poder disputar otras ligas internacionales, ser considerado en alguna oportunidad a la Selección Peruana y “jugar en el mismo equipo con Paolo Guerrero, sería un sueño maravilloso y más en Alianza Lima”.
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