En México lo llaman la 'Muralla' y mejor apelativo no le pudieron encontrar. No solo por cuánto hace en el campo, sino porque como cualquier otra muralla, se hizo de abajo hacia arriba y con mucha paciencia, sobre todo. Anderson Santamaría es otro de estos obreros de Perú, que como ya sabemos, tiene en Ricardo Gareca al mejor ingeniero.
El defensor central, hoy en el Puebla de México, hace menos de tres años descendía con el León de Huánuco, hacia finales de 2015 tras una mala campaña del cuadro crema, y hace solo tres días, fue uno de los más destacados en el triunfo de la blanquirroja ante Croacia en Miami.
Frente a Modric, Mandzukic, Rakitic y compañía, el jugador de 26 años se lució sus rápidos cruces, anticipaciones, buena lectura de juego y ofreciendo seguridad en una posición en la que ha tenido que 'reiventarse'.
Santamaría se dio a conocer en el fútbol peruano como volante central, pero fue Juan Reynoso en Melgar, quien lo envió a jugar como zaguero. El tiempo le terminó dando razón al 'Cabezón', que este año se lo llevó al Puebla, club donde y lleva nueve partidos como titular entre la Copa y Liga MX.
El sábado, en Miami, fue titular por primera vez con la selección, reemplazando nada menos que a Alberto Rodríguez y seamos sinceros, hasta antes del viernes, nadie lo tenía fijo en Rusia. Cuando la mayoría apostaba porque el tercer central, después del 'Mudo' y Ramos, estaría entre Araujo y Abram, apareció Santamaría para jugar un partidazo y sacar un boleto con su nombre rumbo al mundial.
El natural de Tingo María ha pasado de ser una opción a convertirse en una grata sorpresa como elemento importante en la selección, y otra clara muestra de perseverancia en este equipo. Porque como decía Peredo: "Santamaría, madre de Dios (...) no siempre esperar significa perder el tiempo".