Lo primero que necesita Beto da Silva es volver a sumar minutos en la alta competencia. Y aquí no importa si lo hace en Sporting Cristal, en Alianza Lima o Melgar. Da igual, a estas alturas de su carrera, cuando ha hecho más bulla sus lesiones que sus goles. Esta vez, es importante que su entorno empresarial priorice lo futbolístico por encima de lo económico, porque Beto es un jugador de selección.
Ya no se trata de un proyecto, tampoco de una promesa. Hoy, Beto no carga con los pergaminos de cuando salió en Sporting Cristal para irse a PSV de Holanda.
Hace diez meses, marcó su último gol, con camiseta de Gremio. Así se sacudió momentáneamente de las críticas que le llovieron por haber dejado Europa en un momento cumbre y en el que necesitaba ser más paciente y humilde que el ‘Oreja’ Flores, para quemar su etapa de formación.
Beto da Silva rescindió contratos y “continuará su carrera en Perú”
Regresar al fútbol peruano no es precisamente sinónimo de retroceso o fracaso. Sin ir muy lejos, Raúl Ruidíaz no tuvo suerte en Brasil, volvió a la ‘U’, la rompió, Monarcas Morelia lo fichó y así reabrió el camino para que más empresarios mexicanos se fijen en la producción nacional.
Reinventarse será una tarea dura, para Beto da Silva. Aún está a tiempo, teniendo en cuenta sus 21 años. Pero tampoco nos apuremos en rotularlo, otra vez, como el reemplazante de Paolo Guerrero.