Fue un abrazo necesario para calmar esa bronca interna. Pero no fue cualquier abrazo, sino el de su hija, “su fuerza, motivación”, que empuja constantemente a Christian Cueva al límite de sus capacidades físicas. Y una muestra de ello surgió ayer, precisamente cuando el crack de Sao Paulo, aún lesionado, forzó su permanencia unos minutos más en el terreno de juego en el choque trascendente que protagonizó la Selección Peruana ante Uruguay en el Estadio Nacional.
Claro, la ‘bicolor’ se jugaba la vida y Christian Cueva quería estar los 90 minutos. Pero una dolencia muscular desgastó sus ganas a pocos minutos de acabar el primer tiempo. Inclusive, el futbolista de Sao Paulo conversó con Ricardo Gareca para convencerlo de no cambiarlo por Paolo Hurtado; sin embargo, su lesión superó esas ganas de un entusiasta, que ha sabido ganarse el corazón de todos los peruanos.
Por eso, el frustrado Christian Cueva salió entre aplausos y ovacionado por los aficionados, que reconocen su entrega con la camiseta de la Selección Peruana. Evidentemente, los hinchas se sienten orgullosos del éxito que viene cosechando en una liga competitiva como Brasil.
El departamento médico de la Selección Peruana aún no se pronuncia sobre la lesión que contrajo Christian Cueva, pero todo hace indicar que el atacante está curado, gracias al abrazo del alma que recibió por parte de su hija.
¿Para qué terapias o recetas médicas? El amor lo cura.
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