Llegó en medio de aplausos y con un cordón de seguridad impenetrable. Pero Christian Cueva caminaba por su ‘barrio’. Todos lo que querían abrazar y él no se negó a ningún contacto con su gente. Es más, se sacó fotografías con muchos de ellos.
Pero eso no fue todo. Cueva, montado en una camioneta, pidió un ‘combinado’, mientras 'mataba' la tarde soleada en Otuzco, ubicada en La Libertad.
Por otro lado, el futbolista de la Selección Peruana protagonizó un momento emotivo al lado de una joven fanática de la ‘bicolor’ que se emocionó hasta las lágrimas al verlo de cerca.
Luego de la clasificación de Perú al Mundial, la vida le sonríe a Cueva, y en su tierra todos lo aman. Se ha convertido en todo un ejemplo de superación. Bien por el volante.
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