Serio, directo y concentrado. Antonio Carlos Zago llegó a Bolivia con el objetivo de devolverle la alegría al pueblo futbolero de la ‘Verde’. No será una misión sencilla: cuatro derrotas al hilo han mermado los ánimos de los jugadores y de los hinchas, un hecho que espera revertir el experimentado técnico brasileño, que vuelve al altiplano para volver a sonreír, tal y como lo hizo con Bolívar en el 2022. ¿Qué esperar de este DT, a qué juega y qué aportes podrá dar al elenco boliviano?
El pasado 31 de octubre, Bolivia recibió la noticia de que Zago estaría al mando del elenco ‘verde’ para las Eliminatorias rumbo al Mundial de Canadá, Estados Unidos y México 2026. Si bien el anuncio no fue tan sorpresivo (su nombre ya sonaba entre la prensa de ese país), lo que sí alegró a los hinchas del cuadro altiplánico fue que, además de contar con el experimentado estratega, estaría también Julio César Baldivieso, exentrenador con el que su selección clasificó a Estados Unidos 94.
Si algo posee Zago es experiencia. Desde que arrancó su carrera como futbolista en Sao Paulo en 1990, el exdefensa brasileño supo que posee una lectura distinta de los partidos, una que le permitía anticipar a sus rivales y, con ello, neutralizar sus ataques y buscar el contragolpe. Su época dorada fue con Palmeiras, club con el que no solo se consagró dos años consecutivos en el Brasileirao (1993 y 1994), también sumó dos torneos Paulistas y una Copa Río-Sao Paulo, junto a figuras como Roberto Carlos, Zinho, Rivaldo, entre otros grandes.
Sin embargo, cuando llegó el momento de retirarse (2008) no pasó mucho para que asumiera como DT del Sao Caetano, equipo que disputaba la Serie B de Brasil. Luego de 33 partidos da el salto a Palmeiras, donde estuvo como parte del comando técnico, aunque sin mucho éxito. Sin embargo, para finales del 2016 llegó a Internacional de Porto Alegre, donde demostró sus dotes de estratega. En su país también dirigió a Fortaleza, Juventude, RB Brasil, Bragantino y Coritiba FC, siendo el penúltimo el plantel con el que más se identificó (de 37 partidos, ganó 22, empató 8 y perdió 7).
A inicios del 2020 viajó a Japón, donde recordó los días que vistió la camiseta del Kashiwa Reysol (club donde jugó desde inicios de 1996 hasta mediados de 1997), aunque esta vez para verlo como rival, pues en la temporada de la pandemia asumió el mando del plantel de Kashima Antlers. Allí acumuló 48 encuentros, de los cuales salió victorioso en 23, empató 7 y cayó en 18. Tras ello tocó regresar de nuevo al continente sudamericano, esta vez, para asumir el reto que lo llevaría a identificarse con el hincha boliviano: dirigir Bolívar.
Antonio Carlos Zago disfrutó de su primer título como entrenador gracias a Bolívar. Desde su arribo en julio del 2021, el técnico comenzó a trabajar desde las bases, observando a los jóvenes talentos del club (llegó a promocionar a siete juveniles menores de 20 años), sin descuidar el potencial del primer equipo. Aunque su temporada inicial no obtuvo trofeo alguno (dejó al equipo en el cuarto lugar aquel año), para la siguiente campaña se alzó con el Apertura, gracias a la estupenda lectura de los rivales y manejo de diferentes sistemas de juego.
En ese sentido, es inevitable destacar cómo el DT supo aprovechar la versatilidad de los jugadores a su cargo para que puedan adecuarse a los diferentes esquemas que probaba, desde el clásico 4-4-2, pasando por el 3-4-3, hasta el 5-3-2 o el 3-5-2. Con ello, de los 67 partidos que dirigió, 42 culminaron en triunfo, 12 en empate y 13 en derrota, pero lo más resaltante es el margen tan abultado de goles que acumuló el elenco de La Paz con Zago, pues anotaron 162 veces y solo recibieron 68.
Aunque de jugador su posición era la defensa, ello no lo encasilló como un entrenador que arme su equipo como meramente defensivo, pues en más de una oportunidad probó con dos delanteros y supo armar sus estrategias de ataque por las bandas, un hecho que sacó ventaja Bolívar para así consagrarse campeones ese 2022. Ese detalle es crucial, teniendo una de sus grandes inspiraciones fue el mítico Tele Santana, ex DT brasileño, conocido por mostrar un juego dinámico y bonito a la vista del público.
Si bien el aspecto personal no es algo muy común de tocar entre los entrenadores, es preciso traerlo a colación, por el impacto positivo que tuvo en sus dirigidos en Bolívar, así como en los hinchas. Mientras que en las conferencias de prensa se mostraba enteramente como hombre de fútbol, fuera de las canchas, se conoció su lado más humano. En diálogo con El Equipo Deportivo de Bolivia, Zago narró pasajes de su historia, donde reconoció que, pese a las adversidades, tuvo el amor de su familia y su fe en Dios.
“Una persona que sale del Mato Grosso a jugar en una selección o en una Champions League, no es fácil. Nadie se imaginaba que podría llegar a la Primera División en un equipo grande, como el Sao Paulo”, narró el estratega, quien admitió que desde los 12 años trabajó en un mercado de frutas para ayudar a sus padres y con quienes mantuvo una relación muy cercana. Sin embargo, estas experiencias le sirvieron para formar su temple, en especial, frente a situaciones adversas, tanto en lo deportivo como en lo personal.
Zago contó en aquella entrevista que quedó fuera de dos Mundiales, primero de Estados Unidos 94 por un golpe en el rostro por el cual lo operaron y la segunda fue por una fractura de tobillo, que lo sacó de la lista de Corea-Japón 2002. Pero, lo más fuerte, fue el superar un cáncer: “Fue la parte más difícil de mi vida, pero hay que tener fe, la ayuda de los amigos y las ganas para combatir esa enfermedad, que es muy triste”. Sin duda, una historia de superación que inspira y que ahora servirá de guía para una selección ávida de triunfos.
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