Si Carlos ‘Kukín’ Flores pudiera retroceder el tiempo, lo haría. Pero ya es muy tarde. Tanto que han pasado 20 años de su debut en la Selección Peruana, de Juan Carlos Oblitas. Aquella vez, el 'chalaco' de nacimiento cumplía su sueño de barrio, y lo hacía nada menos que enfrentando a Holanda, en Eindhoven.
El zurdo recuerda con nitidez su choque contra el defensa más alto y caro de la época, Jaap Stam. “Me quitó dos años de vida”, afirma ‘Kukín, mientras se mira con nostalgia en una gigantografía, que pegaron en un reconocido restaurante del Callao para rendirle homenaje. Y no es para menos, porque se trata del último ‘10’ peruano de exportación.
¿Qué recuerdos tienes del partido contra Holanda?
En esa época, yo jugaba en Grecia. Después de la selección de Van Basten, viene la de los hermanos De Boer, Davids, Van der Sar, Jaap Stam. Era una selección muy fuerte.
Sufrieron mucho…
Pero nos mojaron la cancha. No la empaparon, solo la humedecieron. Además, cortaron el pasto, muy pegadito. Entonces, la pelota parecía un globo, salía como una bala. En cambio, nosotros estábamos acostumbrados a jugar con balones duros. Por eso, no la podíamos dominar. Por allí nos sacaron ventaja.
¿Qué les dijo Juan Carlos Oblitas en el camerino?
Era otro fútbol. A pesar de que teníamos jugadores que militaban en Europa, Holanda contaba con futbolistas del Barcelona, Real Madrid, Juventus, Inter. La diferencia era abismal.
Tuviste un roce con Edgard Davids…
Él era tan rápido, que se daba abasto para marcarme a mí y al ‘Chorri’. Era increíble verlo jugar. Era muy potente. Venía de ser campeón con la Juventus.
¿Qué otra anécdota recuerdas de ese partido?
Choqué contra ‘La Momia’ Jaap Stam, en una jugada dividida. Pero él era tan fuerte que me preció haber chocado con una pared. Me quitó dos años de vida [risas].
Era el más caro del mundo…
Y el más potente. Tenía músculos hasta en los ojos.
¿Con quién intercambiaste camiseta?
Creo que fue con Kluivert. Pero se la regalé a mi sobrino.
¿Eres un hombre desprendido de lo material?
Yo vivo más de los recuerdos que llevo en mi mente.
¿Qué se siente cantar el Himno Nacional fuera de casa y ante una de las mejores selecciones del mundo?
Yo tengo dos grandes recuerdos en mi vida. Una fue cuando canté el Himno ante Holanda. La otra fue ante Colombia para las Eliminatorias Corea-Japón 2002. En ambas ocasiones, mi espíritu se empapó de lágrimas.
¿Ahora ves en YouTube las jugadas y golazos que hiciste?
Sí. La otra vez vi una entrevista de mi presentación como jugador del Aris Salónica de Grecia, en el 98. Me llené de nostalgia.
¿Ahora es cuando valoras más esos momentos?
Yo no valoraba quién era o lo que pude haber mostrado. Hoy, que dejé el fútbol, me sorprendo. A donde voy, la gente me grita: “Kukín”. Todos con mucho respeto. Y me pregunto: ¿Tanto jugué al fútbol?, ¿tanto cariño me tiene el pueblo?
Esos detalles valen más que el propio dinero…
Una abuelita me dijo: “hijito, qué lindo jugabas”. Un niño me dijo: “Kukín, mi papá dice que eras muy bueno”. Con eso, me olvido de los problemas que tengo en mi casa. Eso es mejor que tener 10 mil dólares en el bolsillo.
¿Alguna vez lloraste por este tipo de gestos?
Sí. [silencio]…
¿Qué consejo le dejas a las nuevas generaciones?
El compromiso y la disciplina son importantes para llegar a un Mundial. Solo así iremos a todos. No es suficiente el talento.