El abrazo de Ricardo Gareca con Christian Cueva, tras su anotación de tiro libre a Venezuela, lo decía todo. El volante marcó un gol importante, clave, que nos devolvía la ilusión en el Mundial de Qatar 2022. Pero había mucho más detrás de ese abrazo: había una confianza inquebrantable entre técnico y jugador, un respaldo que sobrevivió a todo tipo de comentarios y una seguridad que hoy pone a la selección peruana en el quinto lugar de la tabla.
Han pasado poco menos de dos meses desde aquel encuentro, pero la euforia de ese sentido abrazo sigue vigente, así como la esperanza de ver otra vez a Christian Cueva en su mejor nivel. Lo bueno, su performance en Al Fateh, su club, sigue siendo positiva: desde que se reintegró a su equipo luego de la fecha doble ante Bolivia y Venezuela en noviembre, ha disputado cuatro encuentros, en los que ha marcado tres veces y dado una asistencia. Es decir, participó en un gol por partido.
El año pasado, fue un año de plena consolidación para Christian Cueva. No solo porque logró hallar una regularidad que por muchos años le había sido esquiva. También porque sus goles y asistencias, lo pusieron en los mejores registros de la selección peruana. Por ejemplo, en este momento, ‘Aladino’ es el goleador nacional de las actuales Eliminatorias a Qatar 2022.
Gran parte de este buen momento se debe al sentido de responsabilidad que ha adquirido. Y muestra de ello es la presencia de José Neyra, su entrenador personal y coach deportivo, en Arabia Saudita. El volante de la bicolor, consciente de que el aspecto físico había sido siempre una de sus falencias, lo hizo viajar al país donde milita para continuar con un disciplinado entrenamiento.
Con la selección peruana, además, se afianzó como el jugador más influyente de la ‘Era Gareca’, participando en un total de 27 goles (15 anotaciones y 12 asistencias). Con esta cifra, supera a Paolo Guerrero (18 goles y 7 asistencias), André Carrillo (10 goles y 7 asistencias), Edison Flores (13 goles y 4 asistencias) y Jefferson Farfán (10 goles y 2 asistencias).
En este mismo periodo de tiempo (desde que llegó Ricardo Gareca a la selección peruana), es también el segundo máximo goleador (15), detrás del ‘Depredador’ (18). Asimismo, se aseguró como el jugador en actividad con más asistencias en la selección. “Christian Cueva es un jugador, que es un ‘10′ de los que no hay. De los que conducen, hacen algo fuera de libreto”, bien dijo el ‘Tigre’.
Ante Colombia (28 de enero) y Ecuador (1 de febrero), Cueva debe seguir mostrando su mejor versión y liderar el mediocampo de la selección peruana en dos partidos donde está prohibido perder. Frente a ambos equipos, el peruano ha tenido suertes distintas. Mientras que contra los ‘norteños’, ha anotado tres veces y dado dos asistencias, con los ‘cafeteros’, ha dado una asistencia, pero aún no les ha podido anotar.
Y si bien la selección peruana necesita tener al ‘10′ en óptimas condiciones para que lidere el juego en el medio y lleve peligro, junto a Gianluca Lapadula, esta fecha es también importantísima para él. Y es que, este año, su nombre otra vez ha sido vinculado a Boca Juniors de Argentina, equipo donde ya ha sido antes acercado, pero siempre ha quedado en eso: trascendidos.
Sin embargo, tal y como señaló TNT Sports de Argentina, la salida de Edwin Cardona libera un espacio, que están buscando cómo completar. Y Christian Cueva encaja en él, sin problemas. El mismo medio lo describe como “El elegido de Román (Riquelme)”. Según otros medios, ya habría conversaciones entre ambas partes y, obvio, todo estaría avanzando de buena manera.
En este sentido, lo que pueda hacer ‘Aladino’ en esta fecha doble toma mayor protagonismo. Pues, de ‘romperla’, también podría convencer a los equipos que lo observan, como Boca Juniors. Y si todo sale bien, poder concretar pronto esta transferencia. A sus 30 años, las opciones de llegar a una liga mucho más competitiva que la árabe aún son posibles.
Así, tal vez, veamos otro abrazo entre Ricardo Gareca y Christian Cueva. Uno que ya no sea solo por un gol, que sea también por seis puntos que nos pongan a tiro de la clasificación al Mundial. O un abrazo con el cual el técnico argentino lo felicite por llegar a uno de los clubes más históricos de su país. O tal vez uno donde el volante, una vez más, le agradezca la confianza.
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