André Carrillo, a perfil cambiado, se mete al área, abre el pie y define a un costado. Alisson, el '1' de Brasil, solo espera el desenlace fatal. Pero la pelota choca en el palo. Y a diferencia de otras vidas, el hincha no empieza a masticar su bronca, cree que es la primera de muchas que llegarán, como en Asunción, el último jueves. Tite, que sigue al borde del campo en esos primeros minutos, hace un cambio sin mover su banca: pide que Renato Augusto (va a derecha) cambie de lado con Paulinho. Entonces, el 'Scratch' domó al 'Tigre' y lo metió a su jaula.
1. Juego colectivo
Contra Paraguay, Christian Ramos y Alberto Rodríguez hicieron algo que ni el propio Christian Cueva pudo (en registros, claro): repartir balón. La 'Sombra' dio 42 pases y el 'Mudo', por su parte, 32. Es decir, la idea de Ricardo Gareca era y es construir juego desde el fondo: con paciencia para que las líneas se vayan ordenando y encontrar así los espacios. Ayer no se logró ello: el primero de los centrales ni siquiera apareció en la estadística de Conmebol y Alberto solo alcanzó 21. Brasil nos tapó: la velocidad de Neymar, Coutinho o Gabriel Jesus cerraron ese camino .También nos costó que la pelota pase limpia entre la primera línea de volantes, la segunda zona (el '10' y extremos) y Paolo Guerrero. Nos incomodaron para triangular.
2. Los tres pulmones y el buen pie del 'Scratch'
El domingo en Videna, Ricardo Gareca armó un partido de práctica para definir el '11'. Incidió en que se desarrolle sin que los titulares tengan la pelota: quería que se presione en bloque (desarrollar marca escalonada). Cualquiera, quizá hasta el 'Profe', pensaba que eso se iba a dar solo por momentos, pero poco o nada corrimos con control de pelota. Brasil tuvo 423 pases, mientras que nosotros 220. Casi el doble, ¿no? No aguantamos, entonces, el ritmo en el segundo tiempo, ellos encontraron los espacios y sellaron el partido. Correr detrás de la pelota siempre quemará motor. No había cómo aguantar el ritmo.
3. Efectividad y jerarquía
Eliminarlos de la Copa América Centenario (en la fase de grupos) -–con la mano de Raúl Riudíaz–, terminó por despertar al monstruo: mostraron sus moretones sin ruborizarse, asumieron su difícil momento y cambiaron al comando técnico. Ingresó Tite y ayer alcanzó su sexto triunfo consecutivo. Su equipo no es un carnaval pero sí es efectivo. Todos corren y no se chocan; se sincronizan, alternan y mantienen el mismo grado de potencia. Aprovechan las que tienen y las mandan al fondo: Neymar, por ejemplo, tuvo más vitrina en la previa, pero ayer aparecieron Gabriel Jesus y Renato Augusto. Para ellos todos tienen la '10' en la espalda. Su primer lugar no es casualidad, sino causalidad.
4. Demoró el replanteo
"Yo no siento el fútbol tirándome atrás, eso no es lo que quiero para la selección", dice Ricardo Gareca en la conferencia de prensa después del cotejo. Murió en su palo: inició con un 4-2-3-1. ¿Qué quiere decir? Con Christian Cueva de '10', como se siente más cómodo, incluso en Sao Paulo. Dos volantes internos, dos extremos y un punta. Más allá del sacrificio de Pedro Aquino, es probable que la ausencia de Renato Tapia se haya sentido: la saca limpia y maneja los tiempos. Alguito de ritmo le quitábamos así al rival. Bueno, para la segunda etapa, cuando el equipo ya estaba con la lengua afuera, y con un tanto en contra, envió a Raúl Ruidíaz, Joel Sánchez y Luis Advíncula. El dibujo cambió a un 4-3-2-1 al momento de replegarnos y a un 4-4-2 al momento de atacar. Tampoco alcanzó. Nos costó entrar al partido.
5. Este es el grupo
"Yo me tiro de cara por mi selección", dice Corzo al final del encuentro. Este grupo se contagia con esas cosas. Es probable que no alcance con eso, pero el rostro de Aldo es el de este plantel y es este plantel es el que hace muchos años queríamos tener.
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