Dejemos de lado la simpatía que genera Cristian Benavente fuera de la cancha y sinceremos el tema.
Benavente todavía no ha dejado de pertenecer al banco de pruebas que realiza Ricardo Gareca con el objetivo de ampliar el universo de futbolistas para la Selección Peruana. No es un ‘fijo’ al nivel de Yoshimar Yotun, ni uno de los engreídos del ‘Tigre’ como si los son, en este caso, Christian Cueva y Renato Tapia. ‘Bena’ es, más bien, un comodín, por ahora.
Y en ese camino de experimentos, ante Costa Rica, Ricardo Gareca lo sacó de una zona a la que se acostumbró a verlo. Ya no lo tiró por la derecha, sino que lo colocó como mediapunta, otorgándole esa libertad necesaria que pedía a gritos y solo la escuchaban en Bélgica.
Desde mi lectura, esta decisión del ‘Tigre’ le quitó un peso de encima a Benavente, que cargaba - en el inicio de la era Gareca - con esa responsabilidad de tapar las salidas de los rivales por la derecha, por la misma disciplina táctica que ganó en Europa.
De hecho, ante ‘Los Ticos’, el hombre del Sporting Charleroi se sintió tan libre en su nueva posición (como mediapunta) con la 'bicolor' que terminó por convertirse en el principal factor sorpresa. Salió por derecha o por izquierda. Sacó centros y encontró en Edison Flores a ese socio perfecto para trascender en ataque.
Nunca antes vimos a Cristian Benavente con esa alma de líder para resolver en los últimos 20 metros del campo.
Ahora, dependerá mucho del esquema táctico que diseñará Ricardo Gareca a futuro para ver a Cristian Benavente, nuevamente, como mediapunta y, sobre todo, como titular.