Si había un día en el que Christian Cueva debía lucir su fútbol a plenitud, ese era ante un Estadio Nacional repleto, contra un rival impredecible y jugándose la vida en las Eliminatorias Qatar 2022. De eso fue testigo casi todo un país y en especial los afortunados que lo vivieron desde el mismísimo escenario deportivo. Sin embargo, de aquella jornada inolvidable siempre quedarán historias que contar, como las que a continuación vamos a relatar desde el corazón mismo de uno de los mejores días para el hincha peruano.
Desde muy temprano, Lima se vistió de blanco y rojo para alentar a la bicolor. Los niños, que apenas dos semanas atrás volvieron a las clases presenciales, portaron sus camisetas de la selección, tal y como ocurre en julio por Fiestas Patrias. A los trabajos, gimnasios, centros comerciales, restaurantes; la gente -también- acudió con el polo que podría ser considerado un símbolo patrio.
Y ya a partir de las dos de la tarde, cuando las puertas del estadio Nacional se abrieron para el público, la ansiedad y la expectativa se elevó a la máxima potencia. El tráfico limeño se incrementó más de lo normal, las bocinas en las calles comenzaron a sonar con más fuerza, y los alrededores del Nacional empezaron a llenarse de hinchas entusiasmados por lograr el ansiado pase al repechaje. Y es que a diferencia del proceso a Rusia 2018, esta vez Perú dependía de sí mismo. Le bastaba una victoria ante Paraguay para ponerse a 90 minutos de Qatar 2022. Y así fue.
A diferencia de otros partidos, esta vez, un buen grupo de hinchas prefirió esperar hasta el último y aguardar la llegada de la selección antes de ingresar al estadio. Su objetivo principal no era observar un espectáculo deportivo, sino acompañar a la bicolor en todo momento. Así, a las 5:00 p.m., cuando el bus de la selección se asomó por la calle Petit Thouars, la bulla aumentó, los tambores empezaron a sonar y la barra cantó más fuerte. Los jugadores lo notaron. El partido sentimental comenzó a jugarse a favor de Perú.
Ya dentro del Nacional, el ambiente cambió. La hinchada no dejaba de saltar, pero los nervios comenzaban a aflorar entre los asistentes que esperaban solo una victoria. Tres puntos, así sea por un solo gol, que nos pondría a un paso de Qatar 2022. Pero, esa meta la conseguiríamos solo si nos esforzábamos todos. Y así fue.
La Fuerza Aérea del Perú (FAP) se hizo presente con cuatro aviones ‘Torito’ que pintaron la bandera de Perú en el cielo. Luego, cuando Perú salió a calentar, llegó el esperado ‘Contigo Perú’, una canción que ya casi se ha vuelto un himno para nuestros futbolistas. Y como teníamos que mantener alegre a nuestro ‘10′, el hit ‘Cervecero’ no pudo ser ajeno. Lo último fue el Himno Nacional cantado por la querida Daniela Darcourt.
El hincha peruano tuvo la oportunidad de gritar y celebrar desde los primeros minutos cuando Gianluca Lapadula, apenas iniciado el encuentro (5′), anotó el primer gol para Perú. Luego, vino el tanto de Yoshimar Yotún a los 42′. El primer tiempo acabó para la selección con un resultado inesperado. El complemento fue de mucha tranquilidad, y el partido tuvo un cierre que quedará en la memoria con ‘Lapa’ entonando el ‘Contigo Perú' con lágrimas en los ojos.
Terminó el partido y comenzó la fiesta. El hincha peruano esperó en las afueras del Nacional hasta que el bus de la bicolor dejara el recinto para despedirlos como se merece, con un gesto de alegría, una palabra de agradecimiento o un beso al aire de buenas noches. Algunos, incluso, acompañaron a la bicolor en caravana hasta el hotel de concentración en Miraflores, donde otro grupo de hinchas esperaba con cánticos y bulla de fiesta.
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