La emoción y pasión con la que Renato Tapia entona cada estrofa del himno nacional es algo muy pocas veces visto en la Selección Peruana. No solo lo hace porque le nace desde lo más profundo de su corazón, sino porque tiene una conexión especial con los colores rojo y blanco, ya que vio la luz un glorioso 28 de julio.
Para el flamante refuerzo del Celta de Vigo, el día de su cumpleaños es motivo de celebración por partida doble, donde intenta siempre estar rodeado de sus seres queridos. Sin embargo, en una oportunidad el destino y los sacrificios en los que estuvo inmerso desde muy pequeño, se conjugaron para que Tapia pase por primera vez un cumpleaños prácticamente solo y a miles de kilómetros de casa.
Con apenas 15 años, Renato Tapia viajó hasta Inglaterra para pasar unas pruebas en el Liverpool. Tras su destacada participación en el Sudamericano Sub-17 2011, el conjunto inglés se interesó en sus cualidades como back central. Tras varios exámenes, los ‘Reds’ determinaron que no cumplía con el requisito mínimo de estatura para ocupar dicha posición y no se terminó concretando su arribo a Anfield.
Tras asumir y asimilar con mucha madurez lo que había sucedido, entendió que no era su momento y decidió regresar a Perú, ya que solo faltaban dos días para su cumpleaños. Ya tenía todo planeado, hasta que llegó una llamada que cambiaría todo.
La gente del Tottenham se enteró que Tapia estaba en Inglaterra y consultaron con su representante para que vaya a pasar unas pruebas en el club de Londres. Renato no lo dudó y aceptó este nuevo desafío, aunque esto conllevó que pase su primer cumpleaños lejos de sus seres amados.
Esta situación llenó de nostalgia al mediocampista peruano, quien no aguantó más y se puso a llorar. Tiempo después recordaría aquel momento como ’duro pero una linda experiencia’. Finalmente, tampoco pudo pasar las pruebas en los ‘Spurs’, pero no cabe duda que todas estas vivencias fuero formando su carácter y disciplina, cualidades que hoy lo convierten en un futbolista de elite.