Sebastian Rendón es el nombre del niño que entrenaba en una de las canchas alternas de la Videna y esquivó a la seguridad del entrenamiento de la Selección Peruana, corrió toda la cancha y se hundió en un abrazo con Paolo Guerrero. Minutos más tarde, el pequeño categoría 2004, estaba parado frente a la prensa para contar casi al detalle cómo desobedeció las órdenes que tenía por conocer a su ídolo máximo.
"Estaba con un amigo y encontramos un hueco por la parte de abajo de los arbustos. Él sacó la tabla y me metí yo primero, todos me empezaron a llamar, pero yo solo corrí. Empecé a llorar en el camino. Me emocioné demasiado", reveló.
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Sebastián contó lo que pasó cuando por fin llegó hasta Paolo Guerrero: "Se asustó al principio porque lo agarré de espaldas. Volteó con miedo. Luego me abrazó y me dijo que ya no llore, que ya estaba con él y le dijo a los de seguridad que ya no me saquen. Los otros jugadores también me abrazaron".
Sebastian sabe que hizo mal y sigue la instrucciones que su club le dio antes de declarar: "Paolo Guerrero sí me ha prometido algo, pero no les puedo decir". Luego aseguró que no lo volvería a hacer: "Mi club federativo es bien disciplinado y no nos permite hacer esto. Lo hemos hecho porque llegamos al máximo nivel de emoción y ya no nos aguantamos".