Detrás de la atención que generó el regreso de Paolo Guerrero a la selección peruana, la presencia de Christian Cueva y el golazo de Bryan Reyna en el triunfo sobre Corea del Sur, está la figura de un Yoshimar Yotún silencioso, con perfil bajo y sin los reflectores que acaparan sus compañeros. El zurdo no es el goleador de la era de Juan Reynoso ni el más desequilibrante al momento de atacar, pero es garantía de ese pase limpio que va a llegar, de esa claridad con el balón para distribuir y de esa capacidad cognitiva para jugar de memoria y resolver. No nos engañemos, ‘Yoshi’ es el corazón de esta selección y quien piense lo contrario está en un error.