Han pasado 18 años desde la última vez que la Selección Peruana pudo sumar tres puntos ante Uruguay de visita por las Eliminatorias Sudamericanas. Una victoria (3-1) que por aquel entonces fue catalogada como ‘milagrosa’, teniendo en cuenta la actualidad que atravesaba el conjunto dirigido por Paulo Autuori, que solo había podido sumar cinco puntos en las cinco primeras fechas del proceso rumbo al Mundial de Alemania 2006.
Todo inició con un golazo de Nolberto Solano que silenció a un Estadio Centenario con más de 30,000 espectadores. Segundos antes, el mismo ‘Ñol’ había fabricado una falta muy cerca del área local: tomó el balón y con toda su calidad técnica lo colocó en el ángulo, haciendo inútil la estirada del guardameta Gustavo Munúa.
Esta obra de arte merecía una celebración a su altura. Fue así que el entonces jugador del Aston Villa corrió hacia la banca de suplentes y llamó a su gran amigo Sabino Roca Polar, popularmente conocido como ‘Calidoso’. Este se acerco al borde de la cancha e hizo el ademán de lustrarle el chimpún derecho.
Festejo con pasado azul y oro
El 8 de noviembre de 1997, Boca Juniors visitaba a Rosario Central por el Torneo Apertura de aquel año. El encuentro se había puesto bastante complicado para el cuadro ‘Xeneize’. A los 15 minutos, estuvieron a punto de ponerse abajo en el marcador. Sin embargo, el arquero colombiano Óscar Córdoba salvó su valla y le atajó un penal a Da Silva. La paridad se mantuvo toda la primera mitad.
A los 47′, apareció Solano para abrir el marcador. Desde más de 30 metros, colgó el balón en la esquina superior derecha del arco de Gastón Sessa. Un magistral tiro libre que terminó con un festejo inmortalizado en la historia del club azul y oro, teniendo como protagonista al peruano y a Diego La Torre.
El histórico atacante boquense corrió a celebrar con el ‘Maestrito’ y se agachó para lustrarle el botín de su prodigiosa pierna diestra. Años después, el hoy asistente técnico de Perú se animó a contar la anécdota: “El día anterior habíamos concentrado en el mismo cuarto y apostamos que si uno de los dos anotaba, el otro le lustraba los zapatos. Por suerte pude hacer ese gol y terminó lustrándomelos en la celebración. Un tipazo Diego”.
Amistad que dejó huella en Montevideo
Horas antes del encuentro entre Perú y Uruguay, disputado el 1 de junio del 2004, Solano le dijo a ‘Calidoso’ que tenía el presentimiento de que anotaría en el partido ante la ‘Celeste’. Por tal motivo, le explicó cuál debía ser su función una vez el balón haya ingresado al arco uruguayo.
Su compinche no falló en su tarea y terminó convirtiéndose en el coprotagonista de una imagen que se recuerda hasta hoy en día. Para ‘Ñol’, fue uno de los goles más recordados de su carrera y qué mejor que celebrarlo con uno de sus mejores amigos, quien lo acompañó en casi toda su estadía fuera de nuestras fronteras.
Esta relación amical nació en 1994, cuando la Selección Peruana fue a Estados Unidos para disputar la Copa Marlboro. Por aquel entonces, este personaje radicaba en dicho país y conocía a algunos integrantes del elenco nacional. Fue así que llegó hasta Solano. Sus gustos por la salsa dura fue la primera conexión de una amistad que perdura hasta nuestro días.
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