¿A la altura de Europa? La realidad de los jugadores peruanos en el 'Viejo Continente'

Renato Tapia no será tomado en cuenta por el Feyenoord en la próxima temporada, por lo que nos preguntamos si realmente los jugadores de la selección peruana tienen el nivel para jugar en Europa.

Desde la llegada de Ricardo Gareca a la selección peruana, la blanquirroja y quienes la representan han vivido un pico de rendimiento. El ‘Tigre’ ha llenado de confianza a sus pupilos y, a muchos de ellos, los ha hecho encontrar su mejor nivel futbolístico. Es indudable pensar en Christian Cueva cuando decimos esto, pero también en Edison Flores, , Miguel Trauco o ahora Luis Abram.

De esa manera –con un idea clara de juego e individualidades en muy buen nivel– es que el equipo peruano pudo hacer historia en el último tiempo. Clasificar a una Copa del Mundo después de 36 años y llegar a la final de la Copa América tras 44 así lo pueden confirmar. Sin embargo, y aunque suene un poco feo, La Videna parece ser el oasis en el desierto de muchos jugadores que no encuentran su nivel a nivel internacional.

Suena irónico. Hace menos de 10 años parecía ser todo lo contrario. Los jugadores no querían llegar a la selección porque todo era nefasto. Goleadas en contra, derrotas constantes y cambios de entrenador apagaban toda ilusión de ir por el buen camino. Tomar un vuelo a Lima, por aquel entonces, parecía ser sinónimo de unas vacaciones cortas antes que un acto de responsabilidad con el país.

Pero eso quedó atrás y ahora vestirse con la franja en el pecho no los hace sentir menos que una selección brasileña llena de cracks o una Argentina que cuenta con Lionel Messi. Los nombres propios se potencian cuando entonan las letras del himno nacional, pero la regularidad (lo que marca la diferencia) parece no ser una constante cuando toman el vuelo de regreso al país donde viven el resto del año.

Salvo casos puntuales como los de Paolo Guerrero, Jefferson Farfán y últimamente Raúl Ruidíaz o Yoshimar Yotún (que marcan diferencias en los equipos que están), ningún peruano puede consolidarse en algún equipo de élite en el contexto europeo. Para confirmarlo vale la pena recapitular en casos puntuales.

Europa no parece ser el lugar

Cuando Renato Tapia dejó el Twente para firmar por el Feyenoord la ilusión se apoderó de los hinchas. Si se consolidaba podía ser el siguiente jugador franquicia peruano en el exterior. Aunque los primeros años fueron un tanto buenos con participaciones en Champions League, el buen momento se acabó y el ‘Cabezón’ dejó de ser tomado en cuenta hasta terminar cedido en un equipo de mitad de tabla que confirmaba que no era el preferido para Giovanni van Bronckhorst.

“El año pasado dejamos claro que no hay futuro para él en el club”, dijo Sjaak Troost, director deportivo del club, en las últimas horas. De esa manera, y aunque el peruano quiera seguir, las cosas están claras: Tapia no tendrá continuidad en un equipo que pelea la Eredivisie y de querer ganar minutos tendrá que bajar sus pretensiones en cuanto a clubes.

A la mente también viene el caso de André Carrillo, quien cuando llegó al Sporting de Lisboa parecía ser el reemplazante natural de Farfán en la selección. Sus primeros años fueron buenos, con continuidad, pero su traspaso al Benfica terminó de mermar su carrera en el ‘Viejo Continente’. Poca continuidad y preferencias sobre otros jugadores terminaron obligándolo a salir de Portugal.

Otra puerta se le abrió cuando Marco Silva lo llevó al Watford de la Premier League, donde terminó perdiendo el puesto ante el español Gerard Deulofeu y el brasileño Richarlison. El fútbol, otra vez, volvía a empujar de la nube a los amantes de la ‘pelotita’ en el Perú que soñaban con ver a su ídolo brillando en la mejor liga del mundo.

Tras su buena Copa del Mundo, era momento de probar suerte para Luis Advíncula. El lateral ya conocía lo que era Europa (había jugado en Turquía y Alemania), pero ahora llegaba como un jale con mucha proyección para el Rayo Vallecano, recién ascendido a la Liga Santander. Aunque sí tuvo continuidad, el descenso del equipo y la llegada de Paco Jémez parece que lo alejarán de España para la próxima temporada.

Otros casos con menos renombre, pero que vienen a la cabeza son los del ‘Orejas’ Flores en el Aalborg, donde terminó yéndose sin pena ni gloria, y de Christian Cueva en el Rubin Kazan, donde nunca encontró el nivel que había tenido en algún momento con la camiseta del Sao Paulo.

¿Y si vamos más cerca?

Quizás el nivel del jugador peruano promedio esté más cerca de la Liga MX, MLS o Superliga Argentina que de los mejores torneos en Europa. Ahí es donde muchos peruanos parecen haber encontrado mejores rendimientos y más continuidad, algo que le viene mucho mejor a Ricardo Gareca y a la selección peruana en general.

Más allá de Ruidíaz, que encontró su lugar en el mundo en Norteamérica, hay otros ejemplos que sustentan esta teoría. Yotún, primero en el Orlando City y después en Cruz Azul, ha ganado minutos y protagonismo, a diferencia de lo que le sucedía en el Malmo. Flores tiene más peso futbolístico en el Monarcas Morelia que en Dinamarca. Carlos Ascues es un asiduo titular en la MLS, después de no haberla hecho en la Bundesliga.

Pero así como por allá triunfan, un poco más cerca, en Brasil, les cuesta un poco más. Si no que se lo digan a Trauco o Cueva que no han tenido los minutos que hubiesen querido en el Flamengo o Santos respectivamente. El primero ya lleva unos cuantos años de esa manera, por lo que no se descarta que deje el club en los próximos días, pero el segundo, quien llegó por pedido de Sampaoli, no ha vuelto a ser el mismo de hace unos años.

Quizás la intensidad del Brasileirao –que parece más una liga europea que algunas del ‘Viejo Continente’– les juegue en contra a dos futbolistas que normalmente cumplen con creces en la bicolor. Incluso después de la Copa América, Jorge Jesus (técnico del ‘Fla’) llenó de elogios al lateral izquierdo peruano, pero la confianza sigue sin aparecer e incluso llegará Filipe Luis para ocupar esa posición en el XI que busca ganar la Copa Libertadores.

La selección y Gareca parecen haber creado una oasis donde el contexto de confianza –que muchas veces les falta en sus clubes– juega un papel preponderante para encontrar niveles optimos de jugadores que parecen no ser de talla mundial. Así, salvo excepciones, es que se puede agigantar más el trabajo del técnico argentino que siempre creyó en el jugador peruano, aunque, a veces, no haya muchos argumentos para hacerlo.







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