Megan Fox posó para la revista británica “GQ Style” junto a Machine Gun Kelly, el hombre con el que comparte su vida desde su separación de Brian Austen Green, y aunque la aparición de ambos ha generado varias reacciones, lo más llamativo de la publicación fue la confesión de la actriz: reveló que padece de dismorfia corporal.
La artista reconoció que está diagnosticada de dismorfia corporal e indicó que tiene “muchas inseguridades profundas”.
Megan también se refirió a las falsas percepciones que existen alrededor de las personas. “Podríamos ver a alguien y pensar: ‘Esta persona es tan hermosa. Su vida debe ser fácil’. Lo más probable es que no se sientan así ellos mismos”, agregó en la entrevista.
La dismorfia es un trastorno de la salud mental en el que las personas examinan frecuentemente su apariencia en el espejo, comparan constantemente su apariencia con la de los demás y evitan las situaciones sociales o las fotografías.
Esta es la primera vez que Megan habla sobre su dismorfia corporal; sin embargo, tiempo atrás ya había hablado públicamente de sus inseguridades y la incomodad de sentirse sexualizada de forma constante.
“No fue solo esa película [Jennifer’s Body], eran todos los días de mi vida, todo el tiempo, con cada proyecto en el que trabajaba y con cada productor con el que trabajaba. Creo que tuve una genuina crisis psicológica en la que no quería hacer nada. No quería ser vista, no quería que tomaran fotos, caminar por la alfombra roja, no quería ser vista en público por el miedo, y la creencia y la absoluta certeza de que se iban a burlar de mí, o alguien me iba a gritar, o la gente me iba a lanzar una piedra”, comentó a Entertainment Tonight en 2009.