México, un país ubicado en una zona de alta actividad sísmica, ha experimentado a lo largo de su historia numerosos temblores que han dejado una profunda huella en su territorio y en la vida de sus habitantes. Estos eventos naturales, generados por la liberación de energía acumulada en las placas tectónicas, pueden tener consecuencias devastadoras si no se toman las medidas de prevención adecuadas. Por ello, el Servicio Sismológico Nacional es el encargado de brindar detalles sobre los últimos temblores, tanto de sus epicentros como magnitudes.