Con la tecnología avanzando a pasos agigantados, hoy en día es normal ver a muchas personas difrutando de toda clase de dispositivos. Uno de los más comunes, quizá, podrían ser los smartwatch o relojes inteligentes, mismos que fueron creados con la finalidad de darnos mucho más que solo la hora. Sin embargo, ¿son realmente confiables al momento de medir cómo estamos?
De acuerdo a una investigación de la Universidad de Virginia Occidental, todo hace indicar que existe una diferencia entre lo que mide un smartwatch y lo que puede llegar a verse en una prueba hecha en un hospital. Tal y como se menciona en el estudio, la variabilidad de la frecuencia cardíaca (el tiempo entre latidos) que informan estos dispositivos no es igual al que se registra en un entorno clínico.
Matt Tenan, director del programa de Investigación del Rendimiento Humano y Ciencia de Datos en el Instituto de Neurociencia Rockefeller de la Universidad de Virginia Occidental, asegura que la tecnología vestible o corporal, como es el caso de los relojes inteligentes, está reportando datos y métricas de variabilidad de la frecuencia cardíaca de manera diferente, aunque no por esto significa que están mal.
“Estamos observando dos cosas: una es el flujo sanguíneo y la otra es la señal eléctrica del corazón”, comentó Tenan. ¿Qué quiere decir esto? En pocas palabras, nos explica que los dispositivos vestibles funcionan con una tecnología que proyecta una luz en la piel para reflejar el movimiento de la sangre y registrar la frecuencia cardíaca. En un hospital, en cambio, se utiliza un electrocardiógrafo para medir la actividad eléctrica del corazón a través de electrodos colocados en el cuerpo.
Volviendo al eje central del estudio, Matt Tenan y sus colegas de la Universidad de Virginia Occidental se plantearon un solo objetivo: determinar la validez de las mediciones que los aparatos corporales, como los smartwatch, informan respecto a la variabilidad de la frecuencia cardíaca. ‘‘No se trata de decir que el dispositivo portátil para el consumidor sea malo o no sea útil, simplemente no es lo mismo’’, enfatizó.
En colaboración con el laboratorio cardiovascular de la Universidad de Waterloo (Canadá), la investigación reveló que que no todos los dispositivos vestibles son iguales en cuanto al cálculo que usan para registrar mediciones de salud. Apple, por ejemplo, emplea un método más preciso que otras marcas, ocasionando que que sus aparatos tengan un rango de error menor en las diferentes mediciones que realizan.
Finalmente, Tenan sugirió a las empresas que fabrican relojes inteligentes o dispositivos afines que consideren replicar el método que utiliza Apple para mejorar la calidad de las mediciones de salud de sus clientes. Asimismo, anticipó que realizará futuras investigaciones en pro del consumidor. “Probablemente será un trabajo menos analítico y más clínico el que implicará trabajar con pacientes”, sentenció.
Los dispositivos vestibles, también conocidos como “wearables”, son dispositivos electrónicos que se llevan puestos en el cuerpo como parte de la vestimenta o como accesorios. Estos aparatos están diseñados para realizar diversas funciones, como monitorear la actividad física, la salud, entre otras cosas. Algunos ejemplos comunes son los relojes inteligentes, pulseras o auriculares inalámbricos.
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