Para Gabriel Aaron, de Nuevo Laredo, México, su infancia será sinónimo de sacrificio y esfuerzo pues, a su corta edad, se ha visto en la necesidad de emprender su propio negocio de aplicación de uñas, pero, no para beneficio propio, sino para ayudar a costear el tratamiento para la delicada enfermedad que padece su hermano menor. Su historia llegó a redes sociales como Facebook donde conmovió a todos.
De momento, no sabemos cuál es la enfermedad que aqueja al hermano de Gabriel, pero lo cierto es que en esta plataforma virtual se puede ver al pequeño realizando su oficio con mucho profesionalismo, portando mascarilla para protegerse del coronavirus.
En su cuenta de Facebook, el pequeño muestra su trabajo, el cual destaca por ser bastante diverso y, aparentemente, tiene una clientela que va en franco aumento. De momento, se sabe que el monto mínimo que cobra Gabriel Aaron por sus servicios son 150 pesos, que no pocos han considerado como “muy poquito”.
En un video del 6 de enero, Gabriel Aaron responde a algunas personas que, al parecer, han dado a entender que lo obligan a llevar a cabo este oficio: “Me han mandado mensajes, pero yo sí aplico, nadie me obliga, a mí me gustan las uñas y quiero ser instructor algún día”.
De hecho, en su cuenta de Facebook, el pequeño afirma que lo que hace es para ayudar a su hermano menor que se encuentra delicado de salud. Así lo expresó en su publicación del pasado 5 de enero.
“Hola, estaré aplicando uñas todo el tiempo, aunque sea noche porque quiero ayudar a mi hermano en sus operaciones. No tengo dinero, pero quiero apoyar a mamá. Puse diseños que yo puedo hacer, aún me falta, pero haré lo más bonitas que pueda. 150 pesos por cualquier aplicación. Gracias”.
De hecho, esta publicación ha llegado a tantas personas que ha conseguido ser compartida más de 22 mil veces, lo que le ha valido conseguir más de 2.8 mil comentarios, así como likes que superan los 18 mil.
Casi la totalidad de las opiniones que han dejado los usuarios de Facebook lo animan a seguir adelante y lo elogian: “Rey, usted trabaja muy hermoso, su trabajo no vale 150 pesos vale mucho más y espero que tus clientes se den cuenta y lo sepan valorar”, “pequeño, cobras muy poquito para el buen trabajo que haces”, “hermoso tu trabajo, hermosa tu causa y hermoso tu corazón. De verdad, te digo que estás cobrando muy barato; pagamos mucho más por uñas y no dudaríamos en pagar más, sobre todo viniendo de alguien tan poco convencional y lindo como tú. Mucha suerte”.
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