La final del Mundial Qatar 2022 junta a Argentina y Francia en un partido épico en el que no solo estarán en juego la gloria y el reconocimiento, sino también la posibilidad de conseguir el tricampeonato mundial para cada país. Por un lado, los albicelestes tienen a Lionel Messi en estado de gracia y buscando el título que no pudo conseguir en 2014; y, por el otro, los ‘galos’ poseen a Kylian Mbappé en su mejor momento y tratando de convencer al mundo de que su era en el fútbol ha llegado.
Dos estrellas, dos genios y dos maneras de vivir este momento. Desde la marcada obsesión de Mbappé por repetir lo conseguido cuatro años atrás, hasta la ineludible serenidad de Messi por disfrutar lo que está viviendo en el presente, más allá de la presión por superar a Diego Maradona. ¿Qué motiva a cada uno y por qué hay una gran diferencia en su objetivo por ganar la Copa del Mundo? Aquí lo analizamos.
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— Copa Mundial FIFA 🏆 (@fifaworldcup_es) December 14, 2022
No es amor, es una obsesión
Ni bien concluyó el Francia vs. Polonia por octavos de final, la celebración de los ‘galos’ tuvo lugar en el estadio Al Thumama. Los jugadores repartían abrazos y las felicitaciones iban y venía a lo largo de la cancha, pero Mbappé sorprendía con una declaración abierta hacia los medios de comunicación, quienes por primera vez en este Mundial tenían al delantero al frente y dispuesto a hablar. El ‘10′ ya se había negado a sostener el micro después de ganarle a Australia y Dinamarca; sin embargo, en esa ocasión, su ánimo era distinto y -tras firmar dos goles en ese partido- creyó que era el escenario ideal para expresar su sentir.
“Este Mundial es mi obsesión, es la competición de mis sueños. He construido toda mi temporada en torno a esta competición, me he preparado a tope tanto física como mentalmente para ganarla, que es el objetivo que me he fijado, aunque todavía está lejos”. Con esas palabras, Mbappé mostró a la persona detrás de su figura como futbolista. El delantero fue sincero. Llegó a Qatar con un solo objetivo y con una planificación a largo plazo para conseguir esa meta.
¿Qué hace que un joven de 23 años llegue a obsesionarse con salir campeón mundial? Mbappé no solo sabe lo que es ser campeón del mundo, pues consiguió el título en Rusia 2018 cuando tenía 19 años, también es consciente del talento que tiene y de la ambición por ser considerado el mejor del mundo. Sus registros superan a los de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo cuando tenían su edad; es decir, el primer paso ya lo dio. No obstante, le toca dar ese golpe de jerarquía para convencer a los incrédulos y dar inicio a los tiempos de Mbappé.
Por eso, la final del Mundial le da la oportunidad al francés de cerrar definitivamente el capítulo de la historia de Messi para darle paso a una nueva historia, teniéndolo a él como protagonista. Mbappé se ha dado cuenta de que él es capaz de marcar un hito en el fútbol e igualar a Pelé como los únicos jugadores en ganar dos veces y de manera consecutiva la Copa del Mundo. Hace 60 años, ‘O Rei’ lo logró en 1958 y 1962; mientras que ‘Donatello’ puede repetirlo si el domingo le gana la final a Argentina. Entonces, ¿qué mejor razón para obsesionarse con ganar el Mundial que igualar al más grande futbolista de todos los tiempos?
Y eso no es todo, porque Mbappé, incluso, puede jugar dos o tres mundiales más hasta su retiro, teniendo tiempo de sobra para equiparar los tres mundiales que ganó Pelé. Con todo ese panorama, la obsesión del ‘10′ francés se explica desde su ambición: un joven de 23 años que quiere comerse al mundo, batir todos los récords y dar inicio su propia era. Que tampoco sorprenda que un futuro próximo Mbappé (9) se convierta en el máximo goleador histórico de los mundiales, superando al alemán Miroslav Klose (16).
¿Bajo la sombra de Maradona?
Mbappé dice que ha preparado toda su temporada para ganar este Mundial, pero Messi se ha preparado toda su vida para este momento. A diferencia del francés, Leo llega a la final del mundo con 35 años y en la plenitud de su carrera, siendo el capitán de Argentina y el líder de una banda que lo idolatra y lo cuida dentro y fuera del campo. La competitividad pasó a un segundo plano, porque para Messi la prioridad es otra: disfrutar del presente que le toca vivir.
“Hago el repaso de todo, pero, como digo desde el principio, desde antes de la Copa América vengo disfrutando de otra manera. La edad me hace vivirlo diferente, ganar ayuda muchísimo, hace que se trabaje de otra manera, más feliz. Lo disfruto muchísimo, más siendo ni último Mundial, lo estoy viviendo de otra manera”. Esas palabras muestran al Messi que lleva por dentro, una persona que está en otra etapa y que reflexiona mejor lo que le toca vivir, que se apoya en la familia, en el grupo de jugadores que lo rodea y en la gente que lo ama y está rendida a sus pies. Para él, la exigencia está por debajo del placer, porque ya compitió al máximo nivel por más de 15 años y no tiene nada que demostrar. Al contrario, le toca disfrutar de lo que ha cosechado.
Por eso, la final ante Francia va más allá de un simple partido. Es la oportunidad que Messi ha buscado toda su vida y que hoy lo toma no en el mejor momento de su carrera, pero sí en el más importante. Lo intentó en el 2014 y falló. Lo intentó en 2015 y 2016, y también falló. En 2021 acabó con esa mala racha sin títulos y en 2022 va por su revancha otra vez. Esta es la oportunidad que estuvo esperando y la encara mucho mejor que antes: sin la presión de estar bajo la sombra de Maradona y con la responsabilidad de darle a Argentina su tercera Copa del Mundo.
No es verdad que Messi necesita ganar el Mundial para ser más grande que Maradona. Messi es Messi y no tiene por qué ser comparado con Diego. Pero las similitudes están, sobre todo en este torneo, donde vemos al Leo más maradoniano que nunca: liderando partidos, mandando a callar a los neerlandeses, peleándose con los árbitros y rebelándose a la adversidad. Todo lo que una vez le exigieron sus detractores hoy lo hace sin excepción. El Messi más Maradona es el que está en Qatar 2022 y es el mismo que busca cerrar su ciclo en el fútbol alzando por primera vez la Copa del Mundo.
En ese sentido, la final del Mundial no solo enfrenta a Argentina y Francia, a Messi y Mbappé, sino a dos maneras de ver y entender el presente en el fútbol. Desde un lado está la predisposición del ‘10′ argentino a disfrutar el momento y cerrar uno de los capítulos más gloriosos de su carrera; y, por el otro, está el ‘10′ francés obsesionado por mantenerse en la élite de este deporte y decirle al mundo que su era ya empezó.
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