Qatar 2022: tensión, reproches y problemas de camerino que delatan la presión por la gloria

La noticia corrió al instante al conocerse una fuerte discusión entre el portero del Inter de Milán y su seleccionador, Rigobert Song. El entrenador camerunés le habría pedido a Onana cambiar su estilo de juego y ser un arquero más tradicional, pues ante Suiza realizó 25 de los 61 toques fuera de su área, posicionándose en algunos momentos cerca de la mitad de la cancha.

Song le habría pedido que no arriesgue demasiado con los pies, lo que generó una respuesta negativa del arquero. Ante los serbios, el DT no lo puso ni en lista y esto generó el malestar de Onana, quien pidió salir de la concentración. Tal fue la tensión que el propio Samuel Eto’o, presidente de su federación, intentó convencer al arquero de cambiar de idea y acatar la idea de juego de Song, pero la respuesta no fue satisfactoria.

La Federación de Camerún mandó un comunicado señalando que la exclusión de Onana se debió a “razones disciplinarios”, aunque en el entorno del jugador asegura que fue por dichos altercados con Song, quien no quiso ponerlo ante Serbia por su estilo de juego con los pies. “Onana no está en la selección por motivos disciplinarios. Pidió irse y lo aceptamos tras comunicarle el domingo que iba a ser suplente”, sostuvo el técnico.

Con el correr de las horas y luego del empate 3-3 ante Serbia, la propia federación de Camerún buscaría convencer a Onana de seguir con el plantel. El propio Song tambíen habría cedido su brazo a torcer siempre y cuando haya una disculpa de por medio.“André ha sido de los mejores porteros de Europa, su calidad está fuera de duda. Le he pedido que espere para ver si vuelve a comportarse bajo nuestras reglas, su continuidad también depende de él”, afirmó el DT.

Tensión en otras selecciones

Camerún no es la única selección que vive problemas internas, Bélgica, una de las candidatas antes de arrancar el Mundial, pasa también por una crisis. Los ‘diablos rojos’ ganaron en su debut, pero perdieron ante Marruecos en un sorpresivo encuentro. Tras ello, salieron a la luz unas declaraciones de Kevin de Bruyne, quien días antes de Qatar 2022 se sinceró sobre el presente de la selección.

“¿Si Bélgica puede ganar la Copa del Mundo? No hay posibilidad, somos demasiado viejos. Creo que nuestra oportunidad era en 2018. Tenemos un buen equipo, pero está envejeciendo. Perdimos algunos jugadores claves. Tenemos algunos buenos jugadores nuevos que vienen, pero no están al nivel que otros jugadores estaban hace cuatro años. Nos veo más como extraños”, dijo el capitán belga a The Guardian.

Esto no habría caído bien en la interna del equipo y de inmediato empezaron los reproches. “Supongo que atacamos mal porque también somos demasiado viejos adelante”, lanzó Jan Vertonghen, en respuesta a De Bruyne y a Eden Hazard, quien señaló que Bélgica no tienen “los tres centrales más rápidos del mundo”. Todo esto ha hecho que Roberto Martínez saliera al frente para apaciguar la tensión en medio de un Mundial, donde los ‘diablos rojos’ aún pueden pasar a los octavos de final.

“Sí, hay tensiones en el grupo, pero es normal. Los jugadores vienen juntos desde hace mucho tiempo. Es como una familia. En toda familia hay tensiones, sino no hay emociones”, dijo el entrenador de Bélgica. Esta sensación también estarían experimentando los jugadores de Uruguay, tras la dura derrota ante Portugal. Edison Cavani y José María Giménez, dos referentes de la ‘Celeste’ deslizaron algunas críticas indirectas al planteamiento de Diego Alonso.

Cuando se le preguntó al atacante del Valencia del por qué su selección no tenía respuestas dentro de la cancha, solo atinó a decir “hay que preguntarle a Alonso. Te va a poder hablar tácticamente. Son partidos de fútbol. A veces las cosas salen, a veces no. Dejar puntos así, que a veces cuenta. Perder puntos en un Mundial es complicado”.

El defensa del Atlético de Madrid también respondió en el mismo tono, sobre el planteamiento del equipo. “Pasó lo mismo que en el primer partido, no salimos a ganar; entramos un poco dubitativos con el fútbol nuestro, que sabemos que tenemos. y a veces, por más que nos cueste, está. Es una de las facetas que todavía no la sacamos a pleno en los partidos y la verdad es que queda mucha amargura”.

Ya ocurrió en el pasado

Dos casos similares de problemas entre un técnico y un jugador ocurrieron en Rusia 2018 y Sudáfrica 2018. La edición pasada, Croacia llegó fue la subcampeona del mundo y se llevó los aplausos por el juego que mostró; sin embargo, en su debut ante Nigeria la polémica envolvió a los ‘ajedrezados’. Y es que el delantero Nikola Kalinic fue expulsado de la concentración luego de discutir con su DT.

El técnico Zlatko Dalic había decidido el ingreso del jugador, que en ese entonces era del AC Milan, a falta de cinco minutos para el final por Mario Mandzukic, pero Kalinic se habría negado a la decisión por considerarlo una ‘falta de respeto’ de entrar poco tiempo. Esto generó una acalorada discusión entre ambas partes, lo que derivó en la expulsión del equipo del delantero.

“En el partido con Nigeria, Kalinic calentó y debió haber ingresado en la segunda mitad, pero dijo que no estaba listo para hacerlo porque tenía un problema en la espalda, al igual que ante Brasil en Inglaterra, diciendo que no estaba listo. También lo dijo en el entrenamiento de ayer (domingo). Lo acepté con calma y como necesito jugadores listos y sanos, tomé esta decisión”, dijo el DT.

Un episodio similar se vivió en el 2010 en la interna de Francia, que llegaba de ser subcampeona en el 2006. Durante el descanso del partido ante México se produjo un fuerte altercado entre el técnico Raymond Domenech y Nicolas Anelka. El estratega le habría reprochado algunas acciones a la’ Pantera’, quien no aguantó sus palabras y lo insultó delante del resto de compañeros.

Domenech lo cambió tras el entretiempo y Anelka fue expulsado de la selección. El propio delantero tomó sus cosas, abandonó la concentración y tomó un vuelo de regreso a casa. Esto provocó una debacle en la interna de la selección de los ‘gallos’, pues se vivían momentos de tensión, lucha de egos y un grupo dividido.

La salida de Anelka generó que el resto del grupo se declarara en “huelga” y no entrenara al día siguiente en rechazo a lo hecho por Domenech. La historia no acabó bien: Francia fue eliminada en fase de grupos con dos derrotas y un empate.

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