¡Gracias, fútbol! ¡Gracias, Messi! ¡Gracias, Mbappé! Que nos perdonen los otros deportes, pero el fútbol es maravilloso. Es el único capaz de convertir a un equipo inferior en más del 90% del juego en el favorito con 95 segundos de magia, inspiración, como la que tuvo Kylian Mbappé, quien explotó de 0 a 100 gracias a su doblete, el más rápido en la historia de las finales, superando el de Ronaldo a Alemania en 2002 (12′). Durante 80 minutos, Argentina forjó su tercera estrella mundial con inteligencia, rigurosidad y pasión, anotando dos goles y mereciendo incluso más, dejando irreconocible y al borde del ridículo a la Francia campeona defensora, que ni llegaba al arco del ‘Dibu’ Martínez. Pero en Qatar 2022, el cielo se abrió para Lionel Messi y el peso de la historia escribió su capítulo final en tal vez su última máxima cita, que le permite al ‘10′ superarse a sí mismo y también a otras leyendas. Diego Maradona lo vio todo desde arriba y le entregó el cetro, el Mundial, el único regalo que le faltaba en esta Navidad.
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