Gustavo Alfaro: De ser casi un jubilado por la prensa argentina a revolucionar y liderar a un Ecuador protagonista en Qatar

Pero hace casi dos años, todo era diferente, tanto para Ecuador y Alfaro. Los norteños tenían el pasado reciente de ser eliminados en la primera ronda de la Copa América 2019 de la mano de Hernán ‘Bolillo’ Gómez –con apenas un punto– y había desacierto con la elección del DT, incluyendo a Jorge Célico (entrenador de la Sub 20 de Ecuador, tercera en el Mundial de Polonia 2019) y el renombrado Jordi Cruyff, hijo de la leyenda neerlandesa. El argentino, por su parte, venía de un paso bastante irregular por Boca Juniors, que estuvo más lleno de críticas que de elogios. Pese a ganar el título de la Supercopa 2018, en su propio país afirmaban que allí iba a poner punto final a una trayectoria de 30 años, que empezó desde el amateurismo y la forjó en su mayoría en clubes humildes.

Casi al borde de la jubilación, Alfaro recibió una llamada de la Federación Ecuatoriana a mediados del 2020, que cambió los rumbos tanto de él y la ‘Tricolor’. Con el mismo temple que tuvo a los nueve años, cuando perdió a su madre en un accidente de tránsito tras haber superado un cáncer, ‘Lechuga’ –como le dicen– hoy impone su estilo en un Ecuador, que no le tembló las piernas para pelear ante la ‘Naranja Mecánica’ de Virgil Van Dijk, Frenkie de Jong, Memphis Depay, entre otros cracks, valorizada en más de 587 millones de euros. No había por qué sentirse menos que los neerlandeses. Ahí estaban ‘Moi’ Caicedo, Pervis Estupiñán, Piero Hincapié, bien parados y actuales figuras en Europa, y además la leyenda de Enner Valencia, quien selló el empate y tiene el título de ser el artillero del Mundial (3).

Párrafo aparte para ‘Ennerman’. El héroe norteño marcó un hito en el debut, convirtiéndose en el goleador histórico de la ‘Tricolor’ en los mundiales. Ante Países Bajos, siguió enriqueciendo su notable palmarés: registró seis tantos seguidos en la máxima cita, algo solo logrado por leyendas como el portugués Eusébio (1966), el italiano Paolo Rossi (1982) y el ruso Oleg Salenko (1994). “No nos sentimos menos, incluso perdiendo desde el arranque del partido. Se lo empatamos a fútbol y coraje, esa combinación que a mí me pone orgulloso”, dijo el atacante de 33 años del Fenerbahce turco.

La mano de Alfaro

Precisamente, Alfaro y Valencia son pilares de esta revolución que tuvo Ecuador en los últimos dos años. Al exuberante poder físico norteño, el argentino le sumó orden, táctica y buen fútbol, atributos que hoy lo mantienen a puertas de una clasificación a octavos. Con Enner como estandarte, el DT se dio mañana para, por ejemplo, hacerle frente a la ‘Naranja Mecánica’ con un equipo titular de 25 años en promedio. Hincapié y Caicedo de 21 y Gonzalo Plata y Jackson Porozo de 22, por ejemplo. Es la tercera de menor edad, por detrás de Ghana y Estados Unidos. “Se jugó bien, de igual a igual, era un equipo que venía de 17 fechas sin perder. El mismo Van Gaal me dijo que merecimos ganar, que fuimos superiores”, confesó Alfaro.

Otro factor clave, y no menos importante, es que Ecuador es un equipo que encaja pocos goles en la ‘era Alfaro’. En este Mundial, lleva apenas uno en la bolsa, el del neerlandés Cody Gakpo, pero haciendo un balance general, los números son auspiciosos: la ‘Tri’ recibió 16 tantos en 24 partidos, teniendo un promedio de 0.6 goles por encuentro. “Siempre puedes defender, pero si solo nos quedamos ahí vamos a perder la mayoría de los partidos. Si a los rivales más grandes no los obligas a correr hacia atrás en determinados momentos del partido, vas a tener problemas. La obligación no es solo ser duros para defender, sino también saber cómo atacar”, avisó Alfaro en la previa ante los neerlandeses.

Trabajo en la cabeza

“Sabía que el tema mental y psicológico era clave y siempre trabajo en eso”, apuntó Alfaro antes de llegar a Qatar, y eso es clave en el actual buen momento ecuatoriano. El DT es un convencido de que estar bien de la cabeza tiene estrecha relación con el rendimiento. Por ello, desde mediados de septiembre, el español Imanol Ibarrondo trabaja con él. Su participación es como coach mental y trabaja con el deportista en varias perspectivas: las creencias que tiene sobre sí mismo y sus posibles logros, los comportamientos que realiza para alcanzar sus objetivos y el conocimiento y control de las emociones para llegar a ello, siempre contemplando el juego en equipo.

Otro hombre importante es el psicólogo Iván Tcherkaski, quien llegó desde el inicio de la ‘era Alfaro’ (agosto del 2020), y le cambió el ‘chip’ a un seleccionado que venía golpeado por el fugaz paso de Jordi Cruyff y el hecho de que algunos futbolistas que ya no querían ser parte del proyecto selección.

Alfaro lidera esta revolución y se ganó un lugar en la historia de Ecuador. Cumplirá un sueño de vida cuando ya ni siquiera creía en él: “Cuando sienta que di todo, me iré. Ya dirigí en Primera, cumplí mi sueño, tuve la suerte de salir campeón, no queda mucho más”, dijo en una entrevista en 2015. El destino le tenía guardada esta sorpresa de, finalmente, ser protagonista.

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