Yassine Bounou, hincha de River, fan del ‘Burrito’ Ortega y el ‘Messi’ marroquí en los penales

Bounou nació en abril de 1991 en Canadá, pues, por aquel entonces, sus padres vivían en la ciudad de Montreal (Quebec), donde su papá enseñaba física en una universidad. Sin embargo, cuando cumplió 3 años regresaron a Marruecos, a Casablanca, porque su mamá nunca “se adaptó” al país americano, así le contó el arquero al diario español El Mundo. Allí, en dicha ciudad marroquí, tuvo su primer contacto con el balón.

En diálogo con El País de España, Bounou narró que, junto a sus amigos, aprendió a jugar el fútbol “en un parking”. “Una portería estaba hecha con dos botes de basura y como no había larguero, prohibíamos chutar con otra cosa que no fuera el interior (el costado del calzado). El otro arco lo pintábamos en la pared y ahí sí podíamos pegarle fuerte”, explicó.

Durante esos primeros años, alternaba entre jugador y arquero, y veía la Seria A y LaLiga de España. Figuras como Van der Sar, Cañizares y Batistuta le llamaron la atención. A sus padres, mientras tanto, no les gustaba que ande pateando una pelota. Pero él ya se había quedado encantando con el balompié.

Su carrera en el mundo profesional

Se formó en las canteras del club Wydad Casablanca, en donde, finalmente, decidió desempeñarse como portero. Y a los 17 años se fue al Niza de Francia, pero no se acostumbró, le costó vivir lejos de su familia, por lo que regresó a su país. Años después, pudo debutar en la final de vuelta de la Champions League 2011 de África con el Wydad AC (aunque perdió 1-0) y luego pudo disputar algunos partidos de la liga marroquí, ya que el guardameta principal se había lesionado.

En 2012, el Atlético de Madrid se fijó en él y lo sumó a sus filas, en una decisión que no comprendió el Wydad AC. El club marroquí lo quería retener y le ofreció más dinero para que se quedará, pero, pese a ello, Bono optó por irse España. Así comenzó su periplo en Europa.

Pasó por el equipo B del cuadro colchonero y también vistió las camisetas del Real Zaragoza y Girona FC. Hoy se encuentra defendiendo los colores del Sevilla, donde ha tapado en 120 partidos e, incluso, marcó un gol y dio 2 asistencias. Su único tanto le anotó al Real Valladolid en la fecha 28 de la temporada 2020-21, al aprovechar un rebote luego de un córner.

Con el Sevilla, además, Bono ganó la Europa League 2019-20 al vencer al Inter en la final por 3-2. Y en la actual temporada de la liga española, es titular indiscutible en el once del técnico Jorge Sampaoli. No obstante, no la pasó bien en la fase de grupos de la reciente UEFA Champions League. Y es que sufrió sendas goleadas por parte del Manchester City y Borussia Dortmund. Pero eso no quita la calidad que tiene y que está demostrando con Marruecos en el Mundial.

Orgulloso de sus raíces

Bono se siente africano y es por eso que decidió jugar por el país de sus padres. Le contó a El País que en una ocasión, el entrenador Benito Floro, extécnico de Canadá, lo llamó para que jugará con la camiseta de los norteamericanos, “pero no se dio”, dice el arquero marroquí. “Sí que me hubiese hecho ilusión, pero viví y crecí en Marruecos, de donde es toda mi familia”, añadió.

Hoy, está orgulloso de sus raíces musulmanas, se siente “religioso”, por lo que trata de seguir las costumbres de sus padres, como el ramadán. “Pero si compito es muy complicado seguirlo, porque creo que también es una falta de respeto para los compañeros que pelean por un objetivo y debo sumar como ellos”, acota.

Su relación con Argentina

Bono lo da todo por su país, pero también siente un cariño especial por Argentina. Contó una vez, en diálogo con TyC Sports, que la primera camiseta que le regaló su padre fue una de la ‘Albiceleste’. Y si uno lo escucha hablar frente a las cámaras, podrá oír el reconocible acento argentino. Se le pegó en su etapa colchonera del Mono Burgos, quien lo dirigió cuando era ayudante de campo del Cholo Simeone, y quien le transmitió al portero marroquí la pasión por el River Plate.

“Le puse Ariel de nombre a mi perro por el Burrito Ortega, soy fanático del River”, reveló el arquero, quien, recientemente, recibió una camiseta del ‘Millonario’ firmada por el propio Ortega. Tanto es su fanatismo, que Bono pudo asistir a la final de la Copa Libertadores 2018, en Madrid, donde el River Plate batió al Boca Juniors. Leandro Chichizola, exjugador del River, le había conseguido una entrada.

Un ‘crack’ en el Mundial

Actualmente, Bono en una figura de su país. De hecho, formó parte del plantel que logró clasificar a una Copa del Mundo, a Rusia 2018, tras 20 años de sequía. No obstante, en aquella edición mundialista permaneció en la banca en todos los cotejos. Cuatro calendarios después, en Qatar 2022, se ha cobrado su revancha.

El portero del Sevilla es hoy titular en el esquema del seleccionador Walid Regragui. Y en los tres partidos que ha jugado en este Mundial, solo ha recibido un gol, por parte de Canadá. Y en octavos de final, mostró todo su potencial al taparle dos penaltis a España: a Carlos Soler y Sergio Busquets.

Se lució Bono y Marruecos pudo vencer a la ‘Roja’ en la tanda de penales. Así, el cuadro africano avanzó a cuartos de final por primera vez en su historia y ahora enfrentará a Portugal. Los lusos saben que no la tendrán nada fácil contra uno aguerridos ‘leones del Atlas’, quienes se han convertido en la gran sorpresa de Qatar 2022. Tiene en Yassine Bounou a un arquero que les da mucha seguridad en la portería.

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