Las personas, normalmente, esperan con ansias el día en el que cumplen un año más de vida. Los saludos de los seres queridos -y de las personas que no esperabas también-, los festejos, los regalos; motivan a que un nuevo cumpleaños sea un momento feliz; sin embargo, con Lionel Messi, está pasando todo lo contrario.
El ’10’ no lleva una vida normal, pero festejar su aniversario número 31 parecía ser la excusa perfecta para resaltar los logros conseguidos esta temporada. La Liga Santander con el Barcelona, la ‘Bota de Oro’ en Europa (34 goles) y el nacimiento de su tercer hijo, Ciro, coronaban un gran año, pero todo el entusiasmo se ve opacado por el mal momento que vive Argentina en Rusia 2018.
A pesar que todos los ojos no apuntan a ‘Lio’ -Jorge Sampaoli no puede volver a pisar Argentina- el capitán del equipo es el segundo en la lista de “culpables”. Su poca rebeldía y participación en los dos partidos iniciales (Islandia y Croacia) hacen que su liderazgo vuelva a ser colocado en tela de juicio y que la cinta azul en su brazo izquierdo sea nombrada como “gigantesca”. En lo futbolístico, el penal fallado en el debut ante los ‘vikingos’ lo condena. Algo no anda bien en la cabeza de Messi.
Este 26 de junio será la prueba de fuego. Nigeria es el rival que tendrá que superar el 5 veces ganador del ‘Balón de Oro’ para lograr la clasificación a los octavos de final del torneo mundial. Esperamos volver a ver al Messi que tomó de la mano al equipo argentino, se colocó en el hombro a los más de 43 millones de personas y anotó tres goles en el Atahualpa de Quito para clasificar a los Albicelestes.
Las críticas seguirán golpeándolo, las comparaciones con Maradona no cesarán, pero este martes todo puede desaparecer. Si Messi lleva a Argentina a octavos podrá ponerse, aunque sea por un momento, el traje de persona normal que nunca tuvo y el pueblo argentino lo colocará en el lugar que le corresponde para festejar. Puede ser este martes, en un año o en dos, pero será. Porque el tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto.