A quién no le ha pasado que ha necesitado de las tijeras y estas no tienen filo o no cortan como se debe. Unas tijeras desafiladas son difíciles de emplear y pueden provocar cortes poco fiables. Afortunadamente, existen muchas trucos caseros sobre cómo afilar tijeras, y hoy te enseñamos todos los aspectos que tienes que tener en cuenta para lograr el cometido.
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Hay algunos métodos caseros para afilar las tijeras que nos ayudarán a tenerlas a punto siempre. Estos métodos pueden aplicarse cuando no disponemos de afilador. Pero lo mejor siempre será disponer de los afiladores de tijeras que existen en el mercado con una amplia gama de materiales y diseños.
¿Dónde afilar las tijeras?
Si bien no existe un lugar de la casa específico donde afilar tijeras, te recomendamos que lo hagas lejos de la cocina y lejos de los animales y los niños, ya que las partículas que se desprenden del papel de lija o de la piedra pueden terminar en la boca de tus mascotas o en la mano de los niños.
Afila las tijeras en el patio o en una zona de la casa poco transitada, y asegúrate de limpiar o barrer las superficies cuando termines.
¿Dónde guardar las tijeras?
Así como es fundamental saber cómo afilar tijeras para mantenerlas por más tiempo, también es necesario saber dónde guardarlas, especialmente si hay niños en la casa.
Guarda las tijeras en cajas o en fundas de tela, y colócalas en algún cajón o mueble que no esté al alcance de los niños. Si es un cajón alto, mucho mejor. Esto te ayudará a evitar cualquier tipo de accidente.
¿Cómo se le puede sacar filo a las tijeras?
- Con papel lija. Lo único que tiene que hacer es practicar varios cortes en el papel lija con tu tijera hasta que quede afilada. Puedes realizar este método cuantas veces sea necesario.
- Frota el filo enérgicamente contra la boca de una botella. Con un vaso o botella de cristal trata de cortar el borde del mismo. Repite este procedimiento durante varios minutos.
- Desliza el filo de las tijeras sobre un cuchillo, pásalo varias veces y notarás que volverá a tener filo.
- Corta con la tijera una lata de aluminio. Haz una buena cantidad de cortes y observarás como recupera su filo.
- Rocía el filo con jugo de limón y un poco de sal, frótalo con un corcho, luego frota el filo sobre una piedra pequeña, lava la tijera con agua y sécala muy bien.
- Con una aguja de coser. Trata de cortarla varias veces: esta fricción realizará un afilado perfecto.
Si al afilarlas notas que tienen algún tipo de óxido frota la tijera por la mitad de una cebolla. Si aún con esto sigue oxidada deja las tijeras una noche sumergida en gasolina, petróleo o en gaseosa negra.