:quality(90)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/ACXD7OS42RFYFECOQAGR422AGE.jpg)
1 / 5 Las “burbujas de jardín” se originan cada vez que ocurren intensas lluvias o inundaciones. Si el suelo no puede absorber la humedad y el césped tiene las características necesarias, el agua se acumula sobre la superficie generando un efecto de “cama de agua”. (Foto: Captura)

2 / 5 Las “burbujas de jardín” se originan cada vez que ocurren intensas lluvias o inundaciones. Si el suelo no puede absorber la humedad y el césped tiene las características necesarias, el agua se acumula sobre la superficie generando un efecto de “cama de agua”. (Foto: Captura)

3 / 5 Las “burbujas de jardín” se originan cada vez que ocurren intensas lluvias o inundaciones. Si el suelo no puede absorber la humedad y el césped tiene las características necesarias, el agua se acumula sobre la superficie generando un efecto de “cama de agua”. (Foto: Captura)

4 / 5 Las “burbujas de jardín” se originan cada vez que ocurren intensas lluvias o inundaciones. Si el suelo no puede absorber la humedad y el césped tiene las características necesarias, el agua se acumula sobre la superficie generando un efecto de “cama de agua”. (Foto: Captura)

5 / 5 Las “burbujas de jardín” se originan cada vez que ocurren intensas lluvias o inundaciones. Si el suelo no puede absorber la humedad y el césped tiene las características necesarias, el agua se acumula sobre la superficie generando un efecto de “cama de agua”. (Foto: Captura)


:quality(90)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/ACXD7OS42RFYFECOQAGR422AGE.jpg)

:quality(90)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/H75AKJIDHZCBDID6PHRCE6J3ZM.jpg)
:quality(90)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/XWJSUMK3TZH7PKKHWZ5PFJVEGU.jpg)
:quality(90)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/YOOF53C3KBFH3KMPDYXF4LT2CQ.jpg)
:quality(90)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/FDRNKRZQH5GMBKPHF4QBUYCDWQ.jpg)












