La receta del éxito está en la capacidad de adaptación. Luego de un auspicioso inicio en 2019, la pandemia significó un freno para el recién inaugurado Porcus. Si bien todos los restaurantes se vieron afectados por la emergencia, el impacto fue especialmente fuerte para quienes recién empezaban a hacerse un espacio en la escena gastronómica limeña. Por suerte, en pocos meses la marca había conseguido ganarse el corazón del público.
Luego de activar el servicio de delivery, los desayunos de Porcus se volvieron de los predilectos en la zona. El generoso y sabroso pan con chicharrón de la casa terminó de consolidarse como uno de los más aclamados de la ciudad, y a este se fueron sumando otras opciones como la bestial butifarra con jamón del país artesanal, las salchipapas, los exquisitos embutidos caseros, entre otros.
Fue así que los empresarios detrás de la marca, los hermanos Ana Lucía y Álvaro Cornejo, se dieron cuenta de que la gente pedía más sazón peruana. Por ello, además de las ya tradicionales delicias a base de carne de cerdo, decidieron incorporar una nueva variedad de platos con distintas proteínas y, sobre todo, con tradición criolla.
De esta manera, abre sus puertas al público el nuevo Porcus, una taberna criolla con recetas de antaño ejecutadas con amor y mucha técnica: la carapulca de toda la vida, el seco de res con frejoles de la abuela, un ají de gallina cremosito y el infaltable lomo saltado son solo algunas de las adiciones, junto con una carta de piqueos y platos para compartir.
Para los paladares golosos, el pie de limón, el combinado y la crema volteada son imperdibles. El local está listo para recibir a la clientela con la calidez de siempre y todos los protocolos necesarios.