¿Ahora predicen terremotos? Las culturas ancestrales han estado llenas de mitos y leyendas, algunas de ellas lograron ser científicamente comprobadas, otras no pero siguieron pasando de generación en generación. Sin embargo, hay una que cada vez toma más fuerza, sobre todo, tras el terremoto sucedido hace unos días en México.
El pez remo, una criatura marina que vive en las aguas profundas del océano y que puede llegar a pesar más de 270 kilos, es una de las especies marinas de las que poca información se tiene, como muchas de ellas que habitan en las profundidades. Sin embargo, las veces que han sido captadas por el ojo humano, las sensaciones no son buenas.
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Pescadores de la isla de Cozumel, en México, hallaron hace días a un pez remo, un animal que pocas veces emerge a la superficie y que está asociado a mal presagio. Encontraron a la criatura flotando inerte en el agua y rápidamente muchos comenzaron a imaginar que lo que estaba por venir no tenía buena pinta.
“Pez remo. Cozumel, Quintana Roo”, posteó el pescador que encontró al animal marino en un video que compartió en la cuenta de Facebook Macheto Snap Cozumel Surf.
En la cultura japonesa existe el término “Ryugu no tsukai” cada vez que se aparece un pez remo, el cual significa “Mensajero del Palacio del Dios del Mar” y que está asociado a un presagio sobre maremotos cerca a la costa del país asiático.
“Según la creencia tradicional, si aparecen muchos peces remos, podría ser señal de un terremoto inminente”, explica National Geographic.
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Esta teoría podría tener base científica, aunque aún no se ha explorado. Kiyoshi Wadatsumi, un experto en sismos de la ONG e-PISCO, dijo en un reportaje realizado por Japan Times que “los peces de aguas profundas que viven cerca del fondo del mar son más sensibles a los movimientos de fallas activas que los que se encuentran cerca de la superficie del mar”.
Lo cierto es que, según los pescadores, este animal encontrado en las superficies unas semanas antes del terremoto que vivió México este martes mostraba una herida, similar a un mordisco en su parte posterior, siendo quizás el motivo de que abandonara las aguas profundas.
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