Una historia que se volvió viral en Facebook. Un grupo de trabajadores de Polonia transitaba por una tranquila calle de la ciudad de Suwałki cuando algo que llamó su atención: a lo lejos, se escuchaba que un perro ladraba desesperadamente, como si intentara llamar la atención de cualquier animal, o persona, que se encuentre cerca.
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Casi sin dudarlo, los hombres decidieron seguir el ruido para comprobar si sus sospechas eran ciertas, siendo suficientes algunos segundos para enterarse de que el can responsable de los ladridos permanecía recostado sobre el suelo, aunque de una forma bastante extraña.
Tras inspeccionar la escena, descubrieron que el perro se había quedado atrapado en un charco de alquitrán, sustancia líquida viscosa y oscura que se obtiene de la destilación de ciertas materias como el petróleo, algunas maderas resinosas y otros materiales vegetales y minerales.
Su preocupación aumentó cuando se percataron de que eran incapaces de liberar al cachorro, por lo que decidieron contactar a la Fundación de Animales Niczyje, quienes llegaron rápidamente al lugar.
“Cuando llegué y vi al perro tendido sobre el alquitrán se me salieron las lágrimas”, dijo a The Dodo Joanna Godlewska, rescatista de la organización.
Se dio a conocer que el perro, aparentemente sin hogar, estaba buscando calor cuando se topó con los residuos de alquitrán vertidos ilegalmente en plena calle.
Desafortunadamente, no tenía idea de que al recostarse sobre la sustancia quedaría atascado.
Se desconoce cuánto tiempo estuvo el animal en el lugar, pero todos eran conscientes de que había que actuar con rapidez si querían que el can sobreviva.
“Él entendió que lo estábamos salvando”, dijo Godlewska al consultarle sobre la actitud del animal, que permaneció tranquilo en todo momento.
Los rescatistas cortaron partes de la piel del perro y utilizaron aceite de cocina para aflojar las partes más pegadas a la sustancia viscosa.
Tras varios minutos de tensión, finalmente pudieron liberarlo.
Posteriormente, el perro fue llevado a una clínica, en donde inició un tratamiento para tratar su agotamiento y para que se le retire la mayor cantidad posible de alquitrán del cuerpo.
Más allá de las leves lesiones que le quedaron, Farcik, nombre con el que fue bautizado, pudo recuperar su salud con el pasar de los días.
Desde entonces, el perro ha sido sometido a varias sesiones de limpieza y ha logrado recuperar su tranquilidad.
Ahora recibe el calor humano que tanto andaba buscando y permanece junto a Godlewska, quien aseguró sentirse más que sorprendida por la voluntad del can para sobrevivir a pesar del difícil situación que atravesó.