El caso de Blossom, una perrita que no dejaba de temblar, se volvió viral en las redes sociales. (Foto: Rocky Kanaka)
El caso de Blossom, una perrita que no dejaba de temblar, se volvió viral en las redes sociales. (Foto: Rocky Kanaka)

Blossom es una perrita que jamás en su vida había recibido caricias. Esto la llevó a tener un ritmo de vida solitario, debido a que la sola presencia de un ser humano la aterraba al punto de empezar a temblar; sin embargo, su suerte empezó a cambiar . Fue allí que conoció a un hombre que se mostró dispuesto a brindarle un techo y mucho amor.

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Rocky Kanaka no pudo evitar sentirse atraído por sus grandes ojos y por su enternecedora mirada que “pedía ayuda”. El hombre, quien es un fomentador de la adopción de animales en Estados Unidos, se llevó al can a su hogar poco tiempo después, pese a que no dejaba de temblar en todo momento.

“Ella simplemente se apagó mentalmente. Por días ni siquiera funcionaba. Lo que yo creí que sería un par de semanas terminaron siendo varios meses. Todo era nuevo para ella”, dijo el joven.

Y es que no era para menos. El perro no sabía cómo comportarse como uno. Absolutamente todo le daba miedo, al punto de no alimentarse por ser presa del miedo al tener que socializar con otros seres, sean canes o personas.

“Todo la asustaba. Si la mirabas, si hacías contacto con ella, ella escapaba. A veces se escondía debajo de la mesa en una esquina por días. La única vez que salía de allí era para ir al baño”, mencionó Kanaka.

Debido a la preocupante situación que atravesaba, el hombre decidió construirle a Blossom un pequeño refugio. Fue entonces que el can empezó a dar sus primeros pasos para sufrir un radical cambio radical que tomaría por sorpresa a todos sus conocidos.

Desde entonces, el animal permitió que se le diese comida en la boca, cosa que antes no pasaba. Poco después, Kanaka quedó boquiabierto al ver que Blossom empezó a beber agua desde su propio tazón al ver que sus ‘hermanos’ hacían lo mismo.

Luego de varias semanas, fueron pequeñas pero importantes mejorías las que fueron apareciendo. Es así que, una vez más, la perrita sorprendería a su familia saltando al sillón y sentándose al lado de Rocky. Posteriormente, empezó a mostrarse ligeramente más sociable cuando más perros llegaban a su hogar; sin embargo, lo mejor aún estaba por venir.

El momento más emotivo llegó cuando, cierto día, Blossom salió al patio trasero de su hogar para empezar a correr alrededor como si fuera el perro más feliz de todos. “Fue uno de los momentos más felices de mi vida y la de ella porque movió su cola por primera vez. Ser parte de ello hizo que esta jornada de varios meses valiera la pena”, sostuvo Kanaka.

Se supo que Blossom fue adoptada y que incluso pudo viajar en avión para reunirse con su nueva dueña, con quien vive muy feliz en la actualidad.

Ahora, el animal vive tranquilo, bajo un techo y con una familia que le ofrece todo el cariño que había estado buscando desde hace bastante tiempo.

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