A veces ocurre que durante nuestras caminatas diarias por el vecindario nos llama la atención algún auto. Puede ser de que se deba a que lo vemos siempre parqueado en la misma calle. Cuando esto ocurre, lo más común es que las autoridades, pasado un tiempo y alguna notificación, procedan a retirarlo de la vía pública por entender que se encuentra abandonado.
El vehículo de esta historia ha protagonizado uno de esos casos, pero el resultado ha sido un tanto inédito. El Lancia Fulvia del año 1962 que estaba estacionado en plena calle, delante de la puerta de su casa y del quiosco de diarios de su dueño en la localidad de Conegliano, en el norte de Italia.
Angelo Fregolent, propietario del auto, dejó de usarlo hace décadas pero nunca lo movió del estacionamiento que se encontraba justo delante de su negocio. Con el tiempo, el Lancia llegó a convertirse en una atracción turística local, y es que allí se ha pasado estacionado cerca de 47 años.
Tanto los turistas que visitan Conegliano, así como los propios residentes se tomaban fotos con el auto e incluso fue declarado monumento y aún aparece en Google Maps el punto exacto donde se hallaba estacionado para que fuera encontrado más fácilmente por cualquier persona que visitara la ciudad.
Llama la atención que, durante casi medio siglo, el auto no haya sufrido más daños que los propios del paso del tiempo. Y es que no ha padecido ningún tipo de vandalismo ni ha estado envuelto en ningún accidente de tránsito, teniendo en cuenta que por años fue el único estacionado en esa calle.
Este singular récord de permanencia en un estacionamiento público acabó hace unas semanas, ya que el pasado 20 de octubre las autoridades de Conegliano decidieron finalmente retirarlo de la vía pública por cuestiones medioambientales y por abandono. Tras ello, los organizadores de un museo de autos clásicos decidieron, con el permiso del dueño, exhibirlo junto con otros vehículos históricos.
En las próximas semanas, el Lancia Fulvia de 1962 se someterá a una restauración. Una vez que ésta se haya terminado, a modo de deferencia, las autoridades municipales han decidido dejarlo expuesto en el jardín de una escuela enológica que se ubica justo enfrente del domicilio de Angelo Fregolent.
De esta forma, Don Angelo podrá seguir viendo su vehículo cada vez que se asome por la ventana de su casa, como lo ha estado haciendo durante los últimos 47 años.
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