Ana Estrada, activista que padecía de polimiositis desde los doce años, murió el domingo 21 de abril luego de acceder a la eutanasia. Tras unos años de lucha, el Poder Judicial emitió una histórica sentencia a su favor, en febrero de 2021, la cual luego fue ratificada por la Corte Suprema en julio del 2022. El último fin de semana se realizó el procedimiento médico conforme al “Plan y Protocolo de Muerte Digna”. La abogada de la paciente, Josefina Miró Quesada, señaló que ella falleció “conforme a su dignidad”.
“Ana partió agradecida con todas las personas que hicieron eco de su voz, que la acompañaron en su lucha y que, de manera incondicional, apoyaron su decisión con amor y empatía. De manera particular, agradeció a los funcionarios públicos que integraron en su momento la Defensoría del Pueblo y la defendieron cuando la institución patrocinó el caso”, señaló Josefina en un comunicado.
Ana Estrada dejó un legado al convertirse en la primera persona en Perú en ejercer su derecho a una muerte digna a través de la eutanasia. El camino no fue sencillo, pues fue una larga batalla legal, pero finalmente fue favorable para ella. El domingo 21 de abril de 2024 eligió morir en sus términos, demostrando de nuevo su lucha por la autonomía y dignidad humana.
El procedimiento médico se realizó conforme al “Plan y Protocolo de Muerte Digna” aplicable a la activista, que fue aprobado por el Seguro Social de Salud (EsSalud). Previamente, en enero de este año, se había confirmado que Estrada iba a tener la posibilidad de elegir al médico que le asistiera . Esto se consiguió gracias a que EsSalud emitió una resolución aceptando las observaciones de Ana.
Ana Estrada padecía de polimiositis, una enfermedad inflamatoria que ocasiona debilidad muscular y que afecta ambos lados del cuerpo. Puede dificultar la capacidad de levantarte del asiento, subir escaleras, levantar objetos, entre otros. Actualmente, esta dolencia no tiene cura, por lo que el tratamiento consiste en fisioterapia para mejorar la fuerza y función de los músculos.
La eutanasia es un procedimiento médico que busca poner fin a la vida de una persona que sufre una condición de salud irreversible, generándole un sufrimiento físico y psicológico persistente, y que solicita de forma clara e inequívoca la aplicación de este procedimiento. La discusión sobre la eutanasia va más allá de lo legal y técnico, involucrando valores morales y éticos.
Países como Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y Canadá han hecho legal la eutanasia en diferentes momentos y con distintas condiciones. Países Bajos y Bélgica permiten desde el año 2002. Luxemburgo se convirtió en el tercer país en despenalizar la eutanasia en 2008; mientras que Canadá legalizó la práctica en 2016 tras un fallo del Tribunal Supremo.
En el Perú la eutanasia está prohibida y conlleva hasta tres años de prisión para quienes lo ejecuten. En el caso de Ana Estrada, tras juicio, el ente judicial estableció una excepción al ‘inaplicar’ el artículo 112 del Código Penal que prohíbe la asistencia en la muerte.
Contenido GEC