La tarde del último martes una sangrienta noticia inundó las redes sociales y los informativos de todos los medios de comunicación: un tiroteo en Estados Unidos se cobró la vida de, al menos, 19 niños y 3 adultos en una escuela primaria de Texas. Todo esto sucedió al mediodía (horario local) en Uvalde, situada a 250 kilómetros de la capital texana, Austin. Las averiguaciones arrojaron que el autor de esta masacre fue Salvador Ramos, un joven de 18 años.
Greg Abbott, gobernador de Texas, confirmó la autoría de Salvador Ramos en una conferencia de prensa, relatando que el muchacho ingresó al establecimiento por sorpresa y comenzó a disparar a diestra y siniestra. Los alumnos de la Escuela Secundaria de Uvalde que estuvieron expuestos a la masacre sufrieron las consecuencias de este sangriento crimen.
“Se cree que abandonó su vehículo e ingresó al colegio primario en Uvalde con un arma y un rifle”, señaló el primer mandatario de Texas. “Disparó y mató horríficamente, incomprensiblemente a catorce estudiantes y mató a un docente”, acotó, revelando además que antes de perpetrar esta masacre había asesinado a su abuela en casa. Finalmente, el gobernador de Texas reportó la muerte del presunto tirador.
Las últimas informaciones recogidas de los principales medios estadounidenses, quienes están en contacto permanente con la policía y los que están investigando el caso, por ahora no arrojan las razones y motivaciones de Salvador Ramos para ingresar a la escuela texana a cometer esta masacre.
La Casa Blanca, como era de esperarse, reaccionó rápidamente a través de su portavoz Karine Jean-Pierre, quien tuiteó que el presidente del país, Joe Biden, ha sido informado de “la noticia horrible de un tiroteo de una escuela primaria en Texas”.
Por otro lado, el centro sanitario Uvalde Memorial Hospital anunció a través de un comunicado emitido por Facebook que hay trece heridos que han sido trasladados a sus instalaciones en ambulancias o autobuses, mientras que dos de las víctimas mortales ya habían fallecido a su llegada al hospital.
Los primeros indicios de la actitud sospechosa de Salvador Ramos fueron encontrados en su cuenta de Instagram, @salv8dor_, donde el asesino había publicado fotografías de rifles y armas de todo tipo. Minutos después que se diera a conocer su identidad, dicha cuenta fue cerrada.“Tengo un pequeño secreto. Quiero decírtelo”, decía en un mensaje que le escribía a una extraña. “Agradece que te etiquete”, le respondió.
El martes al promediar las 7:00 a.m., antes de cometer la masacre, Salvador Ramos volvió a contactarse: “Te voy a escribir en una hora, pero tienes que responder. Es un secretito y te lo voy a contar”. La joven primero respondió “Ok” y luego le avisó que no se sentía bien y eso podría generar que no le responda, indicó ‘Todo Noticias’. “Voy a salir al aire”, le escribió una hora después. La respuesta nunca llegó.
Según los datos ofrecidos por las autoridades, el agresor, Salvador Ramos (previamente identificado como Salvador Romas), de 18 años, irrumpió con un arma de mano, y posiblemente con un rifle, sobre las 11:37 a.m. hora local en el colegio de Uvalde, a unas 83 millas (133 kilómetros) de San Antonio.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, explicó en una rueda de prensa que el agresor, residente en Uvalde, dejó su vehículo fuera de la escuela y ya adentro “disparó y mató de manera horrible e incomprensiblemente a 14 estudiantes y a un profesor”, de acuerdo con un primer recuento de víctimas.
Según la última información ofrecida por las autoridades, al menos diecinueve niños y un profesor murieron este martes por disparos de un joven de 18 años que irrumpió en un colegio de primaria en la localidad de Uvalde (Texas, EE.UU.), donde el atacante fue abatido más tarde por la Policía.
Por otro lado, responsables del Departamento de Seguridad Pública de Texas indicaron a CNN que el joven armado le habría disparado a su abuela antes de dirigirse a la escuela primaria Robb alrededor del mediodía, donde abandonó su vehículo y entró con una pistola, un rifle y con chaleco antibalas.
Contenido GEC