Correr de forma regular te ayuda a cuidar tu salud, pero para rendir adecuadamente mientras realizas la actividad es importante llevar una alimentación saludable que incluya frutas con algunos nutrientes.
Y es que estos alimentos son una excelente fuente de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, además te ayudan a reducir el riesgo de sufrir cardiopatías y accidentes cerebrovasculares.
De acuerdo a Mónica Carreira, especialista de Nutrición Humana y Dietética, las frutas con vitamina C (kiwi, mango y piña) te ayudan a combatir los radicales libres que se producen luego de realizar una actividad física.
Por otro lado el melón y la sandía son ideales para hidratarte tras correr por mucho tiempo, y así poder combatir la fatiga que se presenta después de realizar ese deporte por varias horas.
El albaricoque, las cerezas, el melón, el melocotón, el kiwi, el mango, la piña, el melón y las fresas son frutas que tienen una gran cantidad de vitaminas y antioxidantes, así que no deben faltar en tu alimentación diaria.
Comer mínimo tres frutas al día son la clave para mantenerte saludable y recuperar tu energía luego de correr. Recuerda que lo adecuado es variar los alimentos, para así obtener los nutrientes de diferentes frutas.
La hora depende de la persona y si vas a consumir varias no debes olvidar incluir una fruta con alta cantidad de vitamina C, especialmente si después de la actividad física vas a trabajar o estudiar porque así recuperas energía.
Correr es una actividad en la que sudas bastante, por lo que es importante que te hidrates constantemente porque de lo contrario podrías sufrir un golpe de calor. Para ello, la sandía, melón, albaricoque, naranja, pomelo, melocotón, piña, fresas y ciruela que tienen un gran porcentaje de agua son buenas opciones para consumir después.
Asimismo, no olvides acompañar tu recorrido con pequeños sorbos de agua porque de lo contrario podrías sufrir un episodio de deshidratación, ya que si no consumes líquidos el cuerpo empieza a usar las reservas de glucógeno (sustancia que se encuentra en el hígado y en los músculos).
Problemas gastrointestinales, reducir la producción de orina para mantener los niveles de iones, aumentar la frecuencia cardiaca y ocasionar alteraciones en la termorregulación por reducción de sudoración son algunas señales de deshidratación en el cuerpo.
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