La última defensa a Restrepo: ¿en qué se equivocó y por qué todavía creer en este Alianza Lima?

Esa imagen de tres futbolistas de ese calibre acompañando a Restrepo frente a las cámaras refleja la intención del plantel por mantener algo que, en su opinión, es correcto. Lo que expresan es lo que sienten en la interna: creen en la idea del técnico y están a muerte con él. Pero la realidad a veces golpea fuerte y confirma que este Alianza Lima no camina bien. El cuadro blanquiazul sufre una especie de ‘maldición’ que le impide obtener buenos resultados, producto de decisiones técnicas erradas, malos planteos y replanteos, circunstancias del juego y rendimientos bajos de algunos futbolistas. Todo eso, sumado a la presión por siempre salir a ganar, generó una turbulencia que puso en duda la continuidad del DT.

¿En qué falló Restrepo?

Seamos claros. Restrepo es la cabeza de Alianza Lima y tiene responsabilidad en el mal momento del equipo, porque es él quien toma las decisiones. Desde la alineación 3-5-2, la ubicación de sus futbolistas en cada posición y los cambios de acuerdo a las circunstancias del partido, el colombiano ha tenido aciertos y errores en sus primeros ocho compromisos en el Apertura. Lo que juega a su favor es que, pese a los malos resultados, existe una intención por plasmar una idea. Restrepo intenta colocar su sello con una propuesta ofensiva, manteniendo la intensidad física y la presión alta en cada presentación.

El problema es que no existe una constancia bajo esta fórmula. Alianza Lima se muestra como un equipo frágil en las dos áreas, sobre todo en defensa, donde la falta de cohesión de sus zagueros no le garantiza seguridad. Al cuadro blanquiazul le han marcado en siete de los ocho partidos que jugó hasta hoy y eso habla mal de una línea de tres que, se supone, debería funcionar. Restrepo ha ensayado variantes en esa posición, le ha dado oportunidades a casi todos sus defensores, pero el resultado viene siendo el mismo.

Algo similar sucede de mitad de cancha hacia adelante, donde los rendimientos de refuerzos como Adrián Arregui, Sebastián Rodríguez, Jhamir D’Arrigo, entre otros más, han estado por debajo de lo esperado, como si les costara adaptarse al sistema que Restrepo propone. Además, el DT ha insistido con colocar a Kevin Serna de carrilero, cuando está más cómodo jugando cerca del arco. Y en ataque, siempre apostó por el doble ‘9′, con Hernán Barcos y Cecilio Waterman, sin ensayar otras alternativas que le permitan encontrar soluciones de gol.

Asimismo, se le cuestiona sus replanteos en situaciones adversas del juego y el poco acierto para potenciar a sus futbolistas; sin embargo, también es cierto que a Restrepo le ha tocado convivir con el infortunio de las lesiones y la irresponsabilidad de las expulsiones (o suspensiones) de algunos jugadores. Eso termina afectando al colectivo y a las aspiraciones del equipo, pero es algo que escapa de las manos del DT. Un técnico como Restrepo no puede decirle a Jiovany Ramos cómo marcar, a Franco Saravia como salir a cortar una jugada y a Hernán Barcos cómo reaccionar ante la provocación del rival. Todos son futbolistas experimentados y profesionales, y cada uno sabe lo que hace.

¿Por qué todavía insistir con Restrepo?

Más allá de los altibajos, Restrepo intenta construir un equipo con base en una idea de juego. Existe un avance en cuanto a propuesta que, si bien no ha sido convincente, representa una iniciativa dentro de lo que se busca como equipo. El colombiano armó este plantel, pidió a los refuerzos que hoy están y se quedó con los jugadores que quiso porque formaban parte de su plan de trabajo. El técnico exige a sus futbolistas cumplir con una serie de requerimientos para ser considerados en el equipo, hay un control interno en el cuidado físico y alimenticio de cada uno, pero esto tiene que ir acompañado con los resultados.

Lo que juega a favor de Restrepo es el tiempo. El Torneo Apertura entró en un receso que puede servirle para la autocrítica y corrección de los errores. Es necesario mirar hacia adentro para saber qué funciona y qué debe cambiarse, sin importar lo que esto signifique. Además, el equipo conoce la filosofía del entrenador, lo respalda y cree en su manera de entender el fútbol. Son conscientes de que se puede jugar mejor. Y, con el inicio de la fase de grupos de la Copa Libertadores aproximándose, hacer un borrón y cuenta nueva en esta parte del año significaría un perjuicio para la institución.

Sin duda, la evaluación tiene que hacer Bruno Marioni, quien le ha dado su respaldo al DT, teniendo en cuenta la actualidad del equipo y lo que viene por delante. Tomar una decisión así no es fácil, porque nada garantiza que será la correcta; pero a veces hay que confiar en los procesos, en el plan de trabajo que se ha diseñado en el club si en verdad hay señales de que esto funciona. Quizá la Copa Libertadores será el termómetro real de Restrepo y allí necesitará un giro de timón de 180º para levantar un equipo que hoy deambula buscando buenos resultados.

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