James Rodríguez llegó al Olympiacos después de haber rescindido su contrato con el Al Rayyan. (Foto: Olympiacos)
James Rodríguez llegó al Olympiacos después de haber rescindido su contrato con el Al Rayyan. (Foto: Olympiacos)

Al final no se nos dio el resultado. Seguiremos compitiendo con más fuerza. Aún queda mucho por jugar”, escribió luego de la reciente derrota del a manos del PAOK. Después de más de un mes de haber llegado al fútbol griego, , pero esta vez no fue suficiente para evitar la caída ante el cuadro de Salónica.

Aunque no completó el partido, el mediocampista cafetero dejó en evidencia que físicamente está en su mejor nivel después de mucho tiempo y que sus días de constantes lesiones en el Al Rayyan quedaron en el pasado. Si bien tuvo una pequeña recaída tras los amistosos con la Selección Colombia, no fue de gravedad y ya ha retomado la continuidad que estaba buscando cuando llegó a Grecia.

En el compromiso del último lunes ante el PAOK tuvo su segunda titularidad en el Olympiacos, lo cual habla muy bien de su progreso en tan poco tiempo. Previamente ya había disputado un par de duelos por la Superliga griega –frente al Aris y el OFI Creta–, pero en ninguno había sido tan influyente ni había asumido las riendas del funcionamiento colectivo del equipo.

Es evidente que, lejos de los fajos de dinero y el ecosistema artificial de un país caricaturesco como Qatar, James Rodríguez ha vuelvo a sentirse futbolista. Para nadie era un secreto que, si bien en el Al Rayyan era ‘la figura’, el hecho de no competir por nada y pelear en los puestos de descenso repercutía en el semblante que dejaba partido tras partido.

En cambio, llegar y ser clave en uno de los clubes más importantes de Grecia tiene un sabor diferente si ponemos en contexto todo lo que ha vivido en los últimos años, especialmente desde que salió del Real Madrid. Y es que incluso en su mejor momento en el Bayern Múnich o el Everton –siempre con el respaldo de Carlo Ancelotti–, no dejaba la impresión de que iba a coger la regularidad y determinación que siempre mostró en la Selección Colombia.

Así, pues, con el cierre del mercado de pases y la imposibilidad de llegar a una liga de mayor prestigio, podemos decir que fue una buena decisión de James el hecho de llegar al Olympiacos. Además de que le sobra talento para ser titular, su equipo tiene un plantel armado para pelear por el tetracampeonato después de llevarse la Superliga de manera consecutiva en las últimas tres ediciones.

La deuda de los ‘Rojiblancos’ está en la Europa League, torneo donde suman tres derrotas y un empate, quedando al borde de la eliminación si pierden ante el Friburgo en la próxima jornada de la fase de grupos. Lamentablemente para ellos, James no puede disputarla pues no llegó a ser inscrito a tiempo.

James es una solución, pero no la salvación

Revisando los fríos números del exReal Madrid en Grecia, hasta la fecha ha sumado tres partidos en un mes con el Olympiacos, en los cuales y . Eso sí, no ha podido celebrar ningún triunfo pues acumula dos derrotas y un empate. Dicha tónica de resultados negativos deberá cambiar para la próxima fecha cuando visiten al Panetolikos.

Por otro lado, además de completar el 82% de sus toques por partido, tiene una media de dos pases claves por duelo. Está claro que el problema del equipo no radica en James, quien en poco tiempo ha demostrado con creces que puede ser de mucha utilidad, sino en los líos defensivos que tienen en la última línea.

Ante el PAOK, por ejemplo, Sokratis Papastathopoulos falló groseramente y cometió un gol en propia puerta. Asimismo, en el 1-2 de los visitantes entregaron muchas licencias para el tanto de Khalev Narey. La tarea pendiente para Míchel González, técnico que llegó para sustituir a Carlos Corberán, está en mejorar la solidez defensiva del equipo. Del resto –si le dan todas las facilidades para brillar– se encargará su ‘10′. Ya lo dijo: “aún queda mucho por jugar.


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