Hace años que no se renovaba la ilusión de tres de los públicos más exigentes del fútbol español. Los seguidores de , y comenzaron -en distintos momentos- la temporada 2019-20 con la esperanza de nuevos objetivos de la mano de sus nuevos rostros. Y así fue.

El Atlético de Madrid fichó al futbolista más caro de su historia, al portugués Joao Félix procedente del Benfica por 126 millones de euros. Una inversión que ilusionó a la afición ‘colchonera’, aún más con la exhibición de fútbol y goles que demostró desde la pretemporada.

Empero, durante las primeras jornadas de LaLiga, su desempeño no fue el mismo. Si bien logró marcar tres goles en once partidos entre el torneo local y Champions, su nivel fue decayendo hasta la lesión que sufrió ante Valencia en la novena fecha.

Un esguince del tobillo que lo marginará de las canchas hasta mediados de noviembre. La esperanza del Atlético de Madrid es que vuelva recuperado al 100% con los goles que muchas veces le ha hecho falta para sacar adelante varios de sus últimos partidos, y que no le permiten estar en lo más alto de LaLiga ni tener asegurada su clasificación a octavos de Champions League.

Ansu Fati, de ser el próximo Messi al ostracismo

Es, quizás, el ejemplo que tienen presente los seguidores del Real Madrid y que no quieren que se repita con Rodrygo. Ansu Fati apareció por necesidad, ya que Lionel Messi y Luis Suárez arrancaron la temporada lesionados. El jugador de 16 años entró al campo y la simplemente la rompió: en sus tres primeros partidos marcó dos goles.

El Camp Nou remecía con las jugadas del delantero hispano-guineano, tanto así que se volvió clave para Ernesto Valverde. Sin embargo, sucedió lo comprensible. La recuperación de ‘Lío’ y ‘Lucho’, el buen momento de Griezmann -en esos partidos-, relegaron a Ansu Fati al banco, hasta dejó de entrar en la convocatoria del Barcelona.

Regresó el 29 de octubre en el duelo ante Valladolid por la fecha 11 en el Camp Nou, en un recital de puro fútbol del equipo catalán, donde vencieron por 5 a 1, pero Fati no anotó. Tuvo buenas conexiones con Messi y demás compañeros, pero sigue sin alcanzar ese nivel que mostró en su aparición y ya preocupa a la afición culé.

La tarea de Rodrygo

El madridismo espera que el delantero brasileño no pase por lo mismo que sus colegas. Rodrygo arrancó la temporada en su debut, el 25 de septiembre ante Osasuna, cuando ingresó por Casemiro al minuto 72 y, apenas 95 segundos después, marcó su primer gol -en su primer toque de balón, tras un gran control-. Ahí comenzó la ilusión del madridismo.

Zidane decidió no convocarlo para el derbi de la siguiente fecha. Tampoco a la siguiente. Volvió el 5 de octubre en el triunfo ante Granada, aunque no participó de las acciones. Jugaría en la derrota ante Mallorca de la siguiente fecha y, una jornada después, ante Galatasaray en Turquía por Champions, se adueñaría de la banda derecha del ataque blanco.

Desde ese partido por Champions, ha jugado cuatro: dos por el torneo local, dos por la Liga de Campones, ¿el resultado? Cuatro goles, tres triunfos del Real Madrid y un empate. ¿Cómo pedirle al madridismo que no se ilusione con Rodrygo?

El camino lo está marcando él solo. Su tranquilidad para jugar, su paciencia y madurez, su gran visión y buen olfato goleador, han hecho que Zidane lo tenga como primera opción en ataque por derecha -sumado a la lesión y demás temas extradeportivos de Bale, la baja de Asensio, el mal momento de Vinicius, y que Zidane no cuenta con Vázquez ni Ibrahim- al lado de Eden Hazard y Karim Benzema.

Rodrygo debe seguir por esa línea, pero no presionarse. Debe mirar como ejemplo lo que le pasó a Vinicius, quien ha entrado en un limbo en su fútbol y ahora, muchas veces, deja de ser convocado. El madridismo sueña con que sea el próximo Cristiano Ronaldo, pero deben tener algo en cuenta: apenas tiene 18 años.