Granola sí que es un personaje complejo en el manga Dragon Ball Super. El ceresiano, que busca vengarse de los Saiyajins tras 40 años, ha demostrado en el episodio 76 que aún no pierde su sensibilidad sobre los demás.
La historia de Granola en Dragon Ball Super es trágica: él es el único sobreviviente de su raza en el Planeta Cereal tras el asedio de los Ozarus, que operaban bajo las órdenes de Freezer. La destrucción del planeta ha hecho que Granola desee a Ultimate Shen Long convertirse en el ser más poderoso del universo para acabar con Freezer y los Saiyajins.
El capítulo 76 muestra que Granola es capaz de detener los ataques de Goku y Vegeta, los protagonistas de Dragon Ball Super. Hasta antes de esta última entrega, los combates tenían lugar en los exteriores, por lo que las propiedades de los Shuga (los nuevos habitantes del planeta) estaban a salvo. Sin embargo, los Shuga tuvieron que escapar de la destrucción masiva que ocasionaban los ataques de Vegeta.
DRAGON BALL SUPER | Granola sabe lo que hace
No es hasta que Vegeta acorrala a Granola en la ciudad de los Shuga. Granola se da cuenta y trata de detener la batalla. “¡Espera! ¡No peleemos aquí! ¡Vayámonos a otro lugar!”, grita Granola para evitar la destrucción de los edificios.
La situación es más dramática cuando, después de acabar con Vegeta, Granola observa a una madre con su hijo aterrados en el interior de su casa y automáticamente recuerda su pasado durante los ataques de los Ozarus.
Si bien Granola es la mayor amenaza a nivel de fuerza, su espíritu no se ha visto contaminado por la venganza contra Freezer. Este detalle hace que el villano tenga aún mayor complejidad de lo que hemos visto hasta ahora en la franquicia de Akira Toriyama.
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