Cuando se habla de la franquicia de Star Wars, muchos la relacionan con un personaje en específico: Darth Vader. Y es que el Sith Lord ha sido responsable de uno de los momentos más icónicos del universo de las Guerras de las Galaxias, además de convertirse en uno de los principales villanos que ha influido en la cultura popular de todo el mundo.
Ahora, si bien Darth Vader tiene una serie de memorables escenas del cine que han sido inmortalizadas en pinturas, dibujos, etc. Pero ahora los fans se han sorprendido al descubrir que su momento más icónico no aparece en la película, sino en los cómics.
Una de sus más recordadas apariciones en la pantalla grande se da cuando le revela a Luke Skywalker que es su hijo, aunque no se quedan atrás momentos como el lanzar al Emperador Palpatine por el reactor de la nave, el asesinato de Obi-Wan Kenobi y, por supuesto, la escena exacta donde se convierte en Darth Vader.
Pero fue en Star Wars Darth Vader #6 que Kireon Gillen, Salvador Larroca y Edgar Delgado escribieron la escena más impactante para los fans de este personaje y de todo Star Wars. En el mismo se observa como Boba Fett regresa de la misión que Vader le encomendó para saber qué piloto explotó la Estrella de la Muerte.
Fett entonces le dice a un decepcionado Vader que perdió la pista del piloto, pero si encontró su nombre: Skywalker. Mientras Boba Fett se retira de allí, el cómic muestra a un enfurecido Vader que recuerda la primera vez que Padmé le confesó que estaba embarazada. Además, el recuerdo es superpuesto con otra memoria del Emperador revelándole que Padmé había sido asesinada por él mismo en un arranque de cólera.
Aquí Anakin descubre que el Emperador estaba cambiando la historia: Padmé en realidad había muerto al dar a luz a su hijo, algo que le ocultó para completar su transformación al lado oscuro. El momento es tan fuerte que las lunas de la nave comienzan a romperse bajo su mano que transforma en puño, aguantándose la ira detrás de su máscara.
Vader se acerca al Emperador Palpatine que le pregunta si “tenía algo que decirle o si era lo suficientemente sabio como para saber su lugar”. Vader le dice que está muy enojado, pero está acostumbrado a esa ira y que no fallará en los siguientes planes que tenga el Emperador.
Darth Vader entonces se coloca frente a la ventana, apaga su intercomunicador y recuerda a Padmé cuando descansaba y dice “Tengo un hijo”, a la vez que mira hacia las estrellas. Entonces él dice “será mío, todo será mío” extendiéndose la imagen y culminando así el capítulo del cómic.
La terrible visión también hace evidente todo el sacrificio que tuvo que hacer Darth Vader para obtener su actual posición. Romper casi todo el vidrio pero mantenerlo siempre junto es una pista visual increíble de cómo maneja Vader su enojo. Él pensó que había matado a su hijo cuando tuvo un arranque de ira incontrolable.
Además, por lo que le había dicho el Emperador Palpatine, él pensó que ese mismo día Padmé también había fallecido bajo su mano, pero ahora sabe que Luke vivió y se convirtió en su más grande amenaza. Aquí también se revela que hasta ese punto Vader creía que Luke podría luchar a su lado en el lado oscuro, noción que poco a poco pierde como se vio en las películas de la trilogía original.
Este momento, además de ser el más impactante de toda la historia de Darth Vader, también daría luz al inicio del regreso de Anakin Skywalker al lado luminoso de la fuerza quien, cansado de ser controlado y dejarse llevar por su ira, decide ayudar a su hijo en el último momento y lanzar a Darth Sidious por el motor de la nave en la que estaban.
No existe otro momento igual de impactante y desgarrador en todas las películas de Star Wars que puedan compararse con este momento, por lo que se puede decir que este es el más icónico de toda la historia de Darth Vader, el momento exacto donde se da cuenta que su hijo estaba vivo, que el Emperador Palpatine le mintió todo este tiempo y su determinación en recuperarlo para conquistar juntos toda la galaxia.