Lily Collins está en la boca de todos. La actriz británica está pasando por un buen momento profesional luego del éxito de ‘Emily en París’, la serie de Netflix que ella protagoniza. Aunque ahora disfruta estar en la cima del éxito, la joven de 31 años afrontó momentos muy difíciles en el pasado, la ausencia de su padre, el famoso cantante Phil Collins, generó una huella en la actriz, por lo que comenzó a padecer trastornos alimenticios.
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En 2017, Lily Collins se animó a escribir ‘Sin filtro: sin vergüenza, sin arrepentimientos, solo yo’ (“Unfiltered: No Shame, No Regrets, Just Me”, en su idioma original), un libro en el que la actriz habló del trastorno alimenticio que sufrió cuando era adolescente y de su mala relación con su padre Phil Collins.
Según recoge el portal “Thefix.com”, Lily Collins contó en su libro que su deseo de controlar su peso comenzó con una adicción al ejercicio y a los laxantes, luego esto se agravó con atracones. La actriz pasó un momento muy crítico, debido a los problemas familias que afrontó desde pequeña.
Según el relato de Collins, su infancia estuvo marcada por momentos dolorosos: su padre se separó de su madre, Jill Tavelman, en un costoso divorcio cuando ella tenía cinco años, y se casó con su tercera esposa, Orianne Cevey. Collins dijo que “no podía soportar el dolor y la confusión que rodearon el divorcio de [su] padre” y anhelaba su presencia y aprobación.
La ausencia de su padre dejó en Collins una huella dolorosa, sintiendo que ella “no era suficiente”, por lo que se sumergió en un régimen de castigo de ejercicio extremo y moderación de alimentos a través de la goma de mascar y el café.
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En su adolescencia, Collins recurrió a las pastillas para adelgazar y los laxantes para mantener su peso bajo. Además, comenzó a tener atracones y purgas de comida chatarra. “Estaba llorando en el suelo, metiéndome la mano en la garganta y tratando desesperadamente de vomitar”, escribió.
Todo esto provocó estragos en su cuerpo, ya que su ciclo menstrual se detuvo por un período de dos años, dejándola sintiéndose como “una mujer joven en el cuerpo de un niño pequeño”.
Mientras Collins continuaba luchando contra su enfermedad, la relación con su padre se agravó cuando él se había precipitado hacia el alcoholismo, una condición con la que también luchó durante años. “Una vez que me di cuenta, fue todo lo que pude ver”, escribió.
Durante este período, Lily también hizo frente a relaciones toxicas. Ella cuando un novio la presionó para que se aislara de sus amigos y familiares, incluso la amenazó con violencia verbal y física. Ese incidente le dio a Collins la fuerza necesaria para hacer cambios cruciales no solo para mejorar su salud sino también la relación con su padre, quien también tomó el control de su vida.
Cabe recordar que Lily Collins también abordó el tema de los trastornos alimentarios de frente en la película de Netflix de 2017 “To the Bone”, en la que ella interpretó a una joven que lucha contra la anorexia.
Collins es muy consciente de sus luchas pasadas, pero también reconoce lo lejos que ha llegado desde ese momento. “Nunca se borrará porque es parte de lo que eres”, dijo. “Pero ya no define cómo vivo mi vida a diario”.
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