El uso de la tecnología ha abierto dos senderos dentro de las expectativas de la humanidad: la del miedo y la esperanza. Este último abre las posibilidades que las herramientas pueden tener en el desarrollo de las sociedad, tanto en lo profesional como en la vida cotidiana. Mientras que hay otros temores abigarrados en torno a su proliferación, como las adicciones a las redes sociales, los problemas de autoestima, el fin de ciertos trabajos. El avance de la inteligencia artificial, por ejemplo, ha marcado más estas dos vertientes. Hay una serie de Netflix que ya venía explorando esta dicotomía, en especial del lado de las consecuencias negativas en las personas.
El programa británico debutó en la televisión en 2013, con un episodio que mostró las consecuencias del gran impacto cultural y social de internet y, en especial, de Twitter, no solo en la vida personal de la gente, sino hasta en la política, poniendo en jaque a una autoridad con la complicidad de los televidentes y usuarios.
Para muchos, es un capítulo perfecto que marcó el tono y el estilo de lo que vino después en la producción televisiva. Después de 10 años, la ficción lanza en junio sus cinco nuevos capítulos en la plataforma de streaming, después de cuatro años del estreno de su anterior entrega.
En este tiempo ha sucedido la pandemia del coronavirus, el Chat GPT ha tomado mayor relevancia, el mundo sigue cambiando, el uso de las redes sociales es cada vez más intenso. Con tanta brecha, hay mucha expectativa detrás de lo que mostrará esta serie ganadora de premios como el Emmy y el BAFTA.
“Black Mirror” es la serie británica que Netflix compró en 2015 y que en junio regresa con su temporada 6, conformada por cinco nuevos capítulos. El programa de televisión, creado y escrito por Charlie Brooker, promete entregar una de sus mejores visiones sobre la relación que ha forjado la humanidad con la tecnología.
La pantalla negra y rota del logo de la ficción, tan conocida por los televidentes, vuelve para seguir inquietando con su propuesta de mostrar los extremos al que puede llegar el ser humano con el uso de las herramientas digitales para resolver aspectos superficiales y muy íntimos de su vida diaria.
Si bien la apuesta del show es mostrar el lado negativo e, incluso, perverso que aflora de esta relación humano-máquina, hay otros matices que la han convertido en una de las producciones televisivas imprescindibles de los últimos años. A pesar de algunos episodios flojos, tiene otros que son considerados notables como “El himno nacional”, “San Junipero”, “Oso blanco”, “Vuelvo enseguida”, “Toda tu historia”, entre otros.
La serie no se ha quedado en el derrotismo o malditismo, sino que camina por terrenos como el de la soledad, el amor, el placer, las incoherencias y otros rincones de la condición humana. Así como hay capítulos hermosos, con sus respectivas máculas de la vida, hay otros que tienen una matiz oscura pero reveladora.
“Black Mirror” ha sabido captar la esencia de una generación marcada, de manera excesiva y quizás a fuego, por el uso de la tecnología para la vida diaria, mostrando no solo las aparentes facilidades que ofrece, sino ese lado controversial alejado del placer y el bienestar, lo que no nos gusta admitir al final del día, cuando nos vamos a dormir haciendo lo que empezamos al despertar: sostener la pantalla negra.
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