Tras el final del Arco de Entrenamiento Pilar de “Kimetsu no Yaiba” (“Demon Slayer” en inglés), uno de los grandes enigmas del anime creado por Koyoharu Gotouge ha sido desvelado. Aunque los lectores del manga ya conocíamos el secreto, aquellos que siguen la adaptación televisiva se preguntaban por qué Kagaya Ubuyashiki, el venerado líder del Cuerpo de Cazadores de Demonios, y su clan estaban tan determinados a combatir a Muzan Kibutsuji, el temible rey de los demonios. ¿Quieres descubrirlo? Aquí te lo explico.
El domingo 30 de junio de 2024 se estrenó el capítulo 8, dando conclusión al entrenamiento de Tanjiro y el resto de cazadores. La aparición de Muzan en la Mansión del comandante general fue inesperada para todos, excepto para el propio Ubuyashiki, quien ya tenía un plan preparado para acabar con el demonio.
La naturaleza de su conexión no solo es sorprendente, sino que también proporciona un contexto más amplio y una comprensión más profunda de sus motivaciones y destinos entrelazados.
La revelación de la relación entre Kagaya Ubuyashiki y Muzan Kibutsuji es un punto crucial en la historia. Se descubre que los Ubuyashiki y Kibutsuji están emparentados, ya que Muzan es un antepasado de Kagaya.
Este vínculo de sangre es una maldición que ha afectado a la familia Ubuyashiki durante generaciones. La familia ha sufrido una enfermedad debilitante y una vida corta como resultado de esta conexión con Muzan, el primer demonio.
La familia Ubuyashiki ha dedicado su existencia a expiar los pecados de su antepasado y poner fin al reinado de terror de Muzan. Esta misión ha sido transmitida de generación en generación, con cada líder de la familia trabajando incansablemente para erradicar a Muzan y a los demonios que él ha creado. Kagaya, como actual líder, llevaba esta carga con dignidad y determinación, a pesar del costo personal y físico que conlleva.
La lucha entre los Ubuyashiki y Muzan es, por lo tanto, tanto personal como histórica. Muzan, al ser el origen de la maldición que ha atormentado a la familia Ubuyashiki, representa no solo un enemigo a derrotar, sino también la clave para liberar a la familia de su sufrimiento eterno.
Kagaya entiende que su propia vida y las vidas de sus descendientes están ligadas a la destrucción de Muzan, y por eso lidera a los cazadores de demonios con un fervor inquebrantable.
Por ello, su sacrificio final tiene mucho más sentido, incluso significa que su esposa y sus hijas perecerán con él. La lucha contra Muzan no es solo una batalla entre el bien y el mal, sino también un intento desesperado de redención y liberación para una familia que ha sufrido bajo una sombra oscura durante siglos.
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